Los presidentes estadounidense y ruso, Joe Biden y Vladimir Putin, mantendrán hoy una cumbre virtual en plena escalada de tensiones por Ucrania, en medio de denuncias sin pruebas de que Rusia se prepara para invadir la exrepública soviética y acusaciones de Moscú de que la OTAN y Estados Unidos amenazan su seguridad.
El presidente estadounidense y su homólogo ruso ya se entrevistaron varias veces por teléfono, pero Rusia dijo que esta vez la conversación se realizará por videoconferencia y será estrictamente privada, y que Putin no hará declaraciones a su término.
Según la prensa estadounidense, Biden, que parece excluir una respuesta militar directa, advertirá a Putin de más sanciones económicas en caso de que decida invadir Ucrania, algo que el Kremlin niega querer hacer. Los medios especularon con la posibilidad de que Washington deje fuera a Rusia del sistema de identificación bancaria Swift, un engranaje clave en las finanzas mundiales que permite a los bancos transferir dinero. "Sabemos bien que la parte estadounidense tiene una adicción a las sanciones", ironizó hoy Peskov.
Las relaciones entre Ucrania y Rusia, durante años aliados, estallaron por el aire con el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich a principios de 2014 por una ola de protestas de nacionalistas ucranianos contrarios a Rusia.
Rusia invadió y se anexionó luego su antigua península, más tarde ucraniana, de Crimea - donde está anclada su flota del mar Negro y que es clave para la salida rusa al Mediterráneo- después de que los crimeos rechazaran el nuevo Gobierno nacionalista ucraniano que reemplazó a Yanukovich y votaran en referendo incorporarse a Rusia.
Para complicar aún más la situación, para esa misma época, rebeldes armados del este rusoparlante de Ucrania se declararon independientes en dos provincias, y desde entonces se enfrentan a tropas ucranianas en un conflicto que ha dejado 13.000 muertos. Ucrania dice que Rusia financia y arma a los rebeldes, pero el Kremlin lo niega.
Ambos países también se acusan de haber violado el acuerdo alcanzado en 2015 en Minsk, la capital de Bielorrusia, de algo el fuego por el conflicto en el este de Ucrania.
"Por supuesto, expondremos muy claramente nuestros enfoques sobre el arreglo ucraniano, sobre la necesidad de obligar al régimen de Kiev a cumplir con sus compromisos definidos explícitamente y negro sobre blanco en el conjunto de medidas de Minsk", dijo hoy el canciller ruso, Serguei Lavrov a la prensa.
Washington, la OTAN y Kiev acusan a Moscú de desplegar tropas en la frontera con Ucrania para atacar al país, queriendo repetir lo de Crimea. Del otro lado, para Moscú, la presencia reforzada de la OTAN en el mar del Norte, la voluntad ucraniana de unirse a la alianza atlántica y la ambición de Kiev de armarse con apoyo occidental son serias amenazas.
Rusia rechazó en más de una ocasión las acusaciones de planear una invasión a Ucrania, alegando que no amenaza a nadie, y señaló que las declaraciones sobre presunta agresión rusa se utilizan como pretexto para colocar más equipo militar de la OTAN cerca de sus fronteras. Peskov señaló que Rusia está trasladando tropas dentro de su propio territorio y conforme con sus planes, actividad que no amenaza a nadie ni debe preocupar a ningún país.
El vocero del Kremlin destacó que la conversación Biden-Putrin tenía sentido en todo caso, a pesar del "espíritu negativo" de Washington.
Además del tema ucraniano, los mandatarios abordarán la estabilidad estratégica y control de armas nucleares, piratería informática y ciberseguridad, o incluso el asunto nuclear iraní, dijeron ambos Gobiernos.
Con información de Télam