Ecuador atraviesa una profunda crisis de seguridad interna que ha llevado al Presidente Daniel Noboa a decretar el Estado de Excepción a nivel nacional. Este panorama surge en un contexto de violencia exacerbada, que durante el día de ayer se profundizó con la toma de un canal de noticias y la Universidad de Guayaquil por grupos armados. Estos sucesos, junto con la creciente inestabilidad social y la crisis carcelaria, han colocado al país en una situación de emergencia sin precedentes.
¿Por qué se decretó el estado de excepción en Ecuador?
La decisión del Gobierno ecuatoriano de establecer el Estado de Excepción responde a una serie de eventos críticos que desataron una ola de violencia en el país. Desde hace años, varias "bandas" o "pandillas" buscan hacerse con el control territorial de diversas zonas del país, especialmente de Guayaquil, dada la importancia que tiene su puerto. En los últimos días, este escenario crítico se vio exacerbado por la fuga de José Adolfo Macías, alias "Fito", un líder de la organización criminal Los Choneros. La fuga de Macías de la cárcel de Guayaquil, sumada a la violencia generalizada y los motines en la cárceles, llevó a Noboa a declarar el Estado de Excepción.
Esta medida implica la movilización de las Fuerzas Armadas, la suspensión de ciertos derechos constitucionales y el establecimiento de un toque de queda, en un esfuerzo por restaurar el orden y la seguridad. El primer indicio fue la toma de un canal de noticias y la Universidad de Guayaquil, seguido por la militarización de la capital, Quito. El Estado de Excepción, decretado por dos meses, es una respuesta a la violencia desatada en distintos puntos del país. El presidente Noboa, en el poder desde noviembre, ha catalogado a 22 organizaciones criminales como "terroristas y actores no estatales beligerantes". Esto, sumado a la crisis carcelaria y la disputa de poder, conforma un panorama complejo y desafiante para el Estado.
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En el último día, los hechos de violencia llegaron a un punto límite, primero con la toma de un canal de noticias y la Universidad de Guayaquil, seguido por la militarización de la capital, Quito. Estos acontecimientos señalaron un punto de inflexión, desencadenando la necesidad de una respuesta gubernamental contundente. En ese sentido, el decreto 111 publicado en horas de la tarde es clave. En él, Noboa no solo reconoce la existencia de un conflicto armado interno, sino que también dispone la intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para combatir a las bandas mencionadas en ese decreto. Esta medida busca garantizar la soberanía e integridad territorial del país frente a amenazas como el crimen organizado y el terrorismo, en el marco del derecho humanitario internacional.
Las claves para entender la crisis en Ecuador
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Contexto de inseguridad: la crisis actual es el resultado de una escalada de violencia y desorden que ha venido gestándose en Ecuador durante años y que está vinculado al aumento del narcotráfico y el control territorial de diversas pandillas y bandas.
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Intervención gubernamental: el gobierno de Noboa ha respondido con medidas drásticas, incluyendo el Estado de Excepción y la declaración de un conflicto armado interno, para contrarrestar la situación.
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Organizaciones criminales involucradas: grupos como Los Choneros y Lobos han sido identificados como principales actores en el conflicto. Sin embargo, el decreto de Noboa lista más de 22 organizaciones catalogadas como terroristas.
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Rol de las Fuerzas Armadas: la movilización de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional quedaron autorizadas a intervenir a nivel interno, habilitando el combate contra los diversos grupos.
- Situación carcelaria: la situación penitenciaria en Ecuador está en un estado de crisis hace varios años, con muchas dependencias dominadas por los presos de estas pandillas. En los últimos días, varias cárceles fueron tomadas y sus policías secuestrados. El ejército está autorizado mediante los nuevos decretos a irrumpir y utilizar la fuerza para recobrar el control de esos lugares.
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Apoyo de todo el arco político: tras el decreto 111, todas las figuras del arco político ecuatoriano salieron a manifestar su apoyo a Noboa, incluyendo al ex presidente Rafael Correa. La asamblea legislativa también anunció su apoyo y que otorgará inmunidad a los policías y militares de ser necesario.
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Futuro incierto: a pesar de las medidas tomadas, sigue existiendo una gran incertidumbre sobre el desenlace de esta crisis y sus repercusiones a largo plazo.