El Senado de Estados Unidos confirmó hoy a Ketanji Brown Jackson, de 51 años, como la primera jueza negra de la Corte Suprema, una decisión histórica prometida por el presidente Joe Biden durante la campaña electoral.
"Es un día extraordinario y creo que es una declaración muy importante sobre lo que somos como nación que pongamos a la jueza Ketanji Brown Jackson en el más alto tribunal de nuestro país. Así que creo que todos debemos alegrarnos", dijo la vicepresidenta Kamala Harris, después de confirmar que la nominada de Biden fue confirmada por 53 votos contra 47 como una de los nueve miembros de la Corte Suprema.
El presidente Joe Biden lo calificó de "momento histórico" para el país.
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"Este hito debería haber ocurrido hace generaciones (...) Pero Estados Unidos hoy está dando un paso gigantesco para hacer que nuestra unión sea más perfecta", afirmó el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Jackson contó con el apoyo de tres republicanos del Senado durante un proceso de confirmación agotador y, en ocasiones, brutal, que le dio a Biden una aprobación bipartidista para su primer candidato a la Corte Suprema.
La relevancia de este nombramiento vitalicio, el primero realizado por Biden, es clave para que el oficialismo pueda garantizar un cierto equilibrio de poder en la Corte Suprema, que se vio alterado en la presidencia del republicano Donald Trump (2016-2020) cuando pasó a tener una mayoría conservadora de seis de los nueves jueces que la integran.
El máximo tribunal ejerce de árbitro en muchos debates sociales importantes en el país y este año deberá definir si mantiene el derecho al aborto, si extiende el derecho a portar armas o si desmantela ciertas regulaciones ambientales.
Jackson fue designada para reemplazar al juez progresista Stephen Breyer, de 83 años, quien a fines de enero anunció su jubilación para mediados de este año.
El magistrado, nombrado en 1994, dio el paso tras meses de una intensa campaña que exigía su renuncia antes de los comicios legislativos de noviembre, cuando el oficialismo podría perder el control de la Cámara alta -encargada de validar los nombramientos- y, en consecuencia, la oportunidad de nombrar otro juez progresista.
Jackson era magistrada de la Corte Federal de Apelaciones de la ciudad de Washington, considerado el segundo tribunal más importante del país y una plataforma para ascender al Supremo.
La jueza, una graduada de Harvard que trabajó para Breyer y se desempeñó como asistente del defensor público federal, fue nominada el año pasado a su actual cargo por el propio Biden y consiguió su nombramiento con el respaldo de tres senadores republicanos.
Con información de Télam