Uruguay atraviesa uno de los momentos más complicados de la pandemia por coronavirus. Por esa razón, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou decidió hace varias semanas imponer limitaciones para controlar la circulación de la enfermedad y no saturar al sistema sanitario antes del invierno. Este miércoles, en conferencia de prensa, anunció que las clases presenciales, en todos sus niveles, tanto de la educación pública como privada, seguirán suspendidas.
Al mismo tiempo, desde la Torre Ejecutiva en Montevideo, aclaró: "Las medidas del 23 de marzo continuarán hasta el 30 de abril. Y continúa la no presencialidad en la educación hasta, por lo menos, el lunes 3 de mayo". A su vez, en aquella rueda de prensa, había anunciado el cierre de oficinas públicas a excepción de servicios imprescindibles, suspender espectáculos públicos, cerrar gimnasios y free-shops de la frontera y también suspender eventos sociales.
Ante las restricciones realizadas, Lacalle Pou explicó: "Las medidas que se tomaron fueron para reducir la movilidad. Aparentemente, la movilidad está en una meseta, pedimos que dentro de lo posible, la gente no se mueva. Estamos en el momento en el que las medidas deberían tener efectos". De esta manera, Uruguay se suma a las determinaciones que tomaron otros gobiernos tanto de Sudamérica como de Europa.
Cabe destacar que, a principios de abril, el país vecino se convirtió en uno de los territorios con más casos nuevos por cada millón de habitantes. Además, en los primeros seis días del mes, registraron 217 muertes por COVID-19 y de esta manera, alcanzaron una cifra superior a la contabilizada durante el primer año de pandemia en el pasado 2020.
Actualmente hay más de 25 mil casos activos en todo el territorio y las autoridades no dejan de mostrar su preocupación frente a la enfermedad. "Seguimos aumentando la capacidad de camas de terapia intensiva. Tenemos 933 camas disponibles y la ocupación es del 74%, hay un potencial de 88 camas más", advirtió Lacalle Pou. Por otro lado, el grupo asesor del Gobierno pide por más restricciones en el transporte público y menos movilidad durante la medianoche.