El último brote de COVID-19 en China ha obligado a la capital, Pekín, a retrasar su maratón anual y a intensificar otras restricciones, mientras la ciudad y la provincia vecina de Hebei ultiman sus preparativos para los Juegos Olímpicos de Invierno (boreal) de 2022.
China informó de 35 casos nuevos de transmisión nacional para el domingo, según datos oficiales mostrados el lunes. Pekín representó 14 de los 168 casos reportados entre el 17 y el 24 de octubre.
Las autoridades sanitarias nacionales advirtieron el domingo que es cada vez más probable que se expanda aún más el último brote, causado por la altamente transmisible variante Delta y que incluye a muchos portadores que viajaron en fecha reciente por algunas provincias.
Pekín prohibió la entrada de personas de otras ciudades con casos y cerró lugares en interiores, como algunos salones para jugar al ajedrez y las cartas, incluso en distritos sin infecciones.
La decisión de aplazar el maratón, que debía celebrarse el 29-30 de octubre, sigue a una decisión similar en la ciudad central de Wuhan, que no ha informado de infecciones locales.
Aunque las cifras de infecciones son mucho menores que en muchos lugares fuera de China, las autoridades han adoptado una estrategia de tolerancia cero, rastreando agresivamente las posibles infecciones, imponiendo restricciones de viaje y restricciones a los sectores de servicios y turismo.
En la provincia de Hebei, que ha informado solo de tres casos locales confirmados hasta ahora en el brote en curso, las personas que se desplazan entre dos áreas a nivel del condado y Pekín deben mostrar una prueba de empleo y resultados negativos de las pruebas dentro de los siete días de viaje.
Con información de Reuters
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