La primera ministra, Jacinda Ardern, puso el martes a Nueva Zelanda bajo estricto confinamiento después de que se registrara el primer caso de coronavirus del país en seis meses en la mayor ciudad, Auckland.
La estrategia de Ardern de golpear fuerte y primero ha ayudado a frenar la propagación de COVID-19, pero su anuncio dejó a la población tratando de abastecerse de artículos de primera necesidad, a los negocios cerrando abruptamente y a las escuelas y oficinas haciendo cambios de última hora para operar en línea.
Toda Nueva Zelanda estará en el nivel cuatro de confinamiento más duro durante al menos tres días a partir del miércoles. Auckland y Coromandel, una ciudad costera donde también estuvo la persona infectada, estarán bajo confinamiento durante siete días.
Los colegios, las oficinas y los comercios cerrarán y sólo funcionarán los servicios esenciales.
Los compradores se agolparon en los supermercados al conocerse la noticia del nuevo caso y el inminente cierre.
"Puede haber más casos", dijo la ministra.
Con información de Reuters