Nueva Zelanda mantendrá sus fronteras cerradas a la mayoría de los viajeros internacionales durante cinco meses más, según informó el miércoles su Gobierno, que esbozó una cautelosa relajación de las restricciones fronterizas por el coronavirus que han estado en vigor durante casi dos años.
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Además de su aislamiento geográfico, el país del Pacífico Sur aplicó algunas de las restricciones más estrictas contra la pandemia entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), limitando la propagación del COVID-19 y ayudando a su economía a recuperarse más rápidamente que la de otras naciones.
Sin embargo, un brote de la contagiosa variante delta a principios de este año ha obligado a cambiar de estrategia y la ciudad de Auckland, la más poblada, se está abriendo gradualmente a medida que aumentan las tasas de vacunación.
Los viajeros internacionales totalmente vacunados podrán entrar en el país a partir del 30 de abril, según declaró en una conferencia de prensa el ministro neozelandés de Respuesta al COVID-19, Chris Hipkins. Los viajeros tendrán que estar aislados durante siete días a su llegada.
Los neozelandeses vacunados y los titulares de visados de residencia de la vecina Australia podrán viajar a Nueva Zelanda a partir del 16 de enero, mientras que los neozelandeses vacunados y los titulares de visados de residencia de la mayoría de países podrán entrar a partir del 13 de febrero.
Con información de Reuters