El gobierno presidido por el magnate Sebastián Piñera se ufanaba un mes atrás con el supuesto control de la pandemia conseguido. En la cadena nacional del 19 de abril el Jefe de Estado hablaba de “retorno seguro” y “nueva normalidad”. Los medios regionales concentrados halagaban la política de testeos masivos a la población implementada por Piñera.
“¿Qué pasó?”, preguntó un asombrado Piñera una semana atrás cuando recibió a media tarde junto a su ministro de Salud Jaime Mañalich el reporte diario de infectados. Esa escena de perplejidad fue consignada por la colega Paula Catena en una recomendable crónica escrita para el diario La Tercera titulada “Piñera: sus días más difíciles en la pandemia”. Piñera y Mañalich exigieron más números a sus colaboradores para conocer el estado de situación.
Dos días después la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva advertía que ya había un 81% de ocupación de las camas hospitalarias destinadas a pacientes que requieren cuidados intensivos. La falta de oferta prestacional del sistema de salud público es más preocupante en la Región Metropolitana -91% de ocupación- y en el distrito de Magallanes -97% de ocupación-.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
El pico de contagios en Chile coincide con la propagación de casos Covid 19 en las barriadas más populares del vecino país, la elevación en la curva de contagios explicita entonces el inequitativo modelo económico chileno. Marco Enríquez Ominami, ex candidato presidencial, referente de la izquierda chilena e impulsor de la plataforma regional progresista Grupo de Puebla, explica a El Destape las brechas sociales que existen en el acceso al sistema de salud: “Chile es una de las economías más desiguales del mundo. En América Latina es la más desigual junto a la mexicana. Es más conocida la inequidad de nuestro sistema de educación, el domicilio y el apellido condenan a nuestros hijos a un destino. Pero algo parecido pasa en el segmento público sanitario: menos del 20% de los chilenos pueden pagar una cobertura privada de salud; sin embargo ese sector se beneficia con prestaciones que acarrean el 50% del total del presupuesto nacional. Voy a dar un ejemplo para ilustrar la inequidad de la que estoy hablando: diversos estudios han demostrado que una mujer chilena nacida en la periferia de la Región Metropolitana tiene una esperanza de vida diez años menor por su deficitario acceso a la salud pública”.
El Destape habló con Patricio Meza, Vicepresidente del Colegio Médico de Chile. Meza trabaja como oftalmólogo en el Hospital Clínico de la U. de Chile. En comunicación desde la capital trasandina advierte que hay unidades sanitarias de la Región Metropolitana con el cien por ciento de sus camas de internación ocupadas: “Estamos muy preocupados por la saturación en la ocupación de camas, sobre todo en la Región Metropolitana. Hay hospitales de la capital donde, directamente, ya no hay lugar para sumar más internaciones. Los profesionales se ven obligados a realizar la ventilación mecánica en las salas de urgencia. Al Colegio de Médicos de Chile nos gustaría que el mensaje de unidad dado por el presidente Piñera para enfrentar la pandemia se concrete en términos reales, necesitamos más medidas de contención para detener efectos colaterales negativos del aislamiento preventivo como las situaciones de violencia intrafamiliar o los actos de hostigamiento que reciben los colegas en los hospitales cuando no pueden resolver los reclamos de los familiares de los afectados”.
Patricio Meza subraya además la baja escala salarial de sus colegas: “A propósito, el salario de los médicos en Chile es bajo, dentro de los países de la OCDE somos la nación con el registro salarial más bajo para su personal sanitario, esa situación fuerza que nuestros profesionales más especializados busquen opciones de trabajo fuera de Chile. En resumen, reclamamos al gobierno que aumente la inversión estatal en el sistema de salud pública. La situación se está desbordando porque el nuevo coronavirus comenzó a tocar a los territorios más vulnerables del país. Recordemos que los primeros casos de COVID 19 de Chile se registraron en las comunas del oriente de Santiago, que son las más pudendas, pero ahora comenzó a elevarse la curva de infectados en comunas donde el hacinamiento es una constante, y donde su población padece enfermedades, como la diabetes o la obesidad, que son vulnerables frente al virus”.