La variante Ómicron del coronavirus expande su presencia en más países y eleva la alarma en medio de un endurecimiento de medidas, especialmente en el otoño europeo, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) no tiene hasta ahora constancia de ningún muerto por esta nueva cepa.
México y Australia están entre las naciones que hoy confirmaron los primeros casos de esta variante, presente ya en 38 países, informada por Sudáfrica a la OMS el 24 de noviembre último y que desde entonces se estudia si puede ser más transmisible y más resistente a las vacunas que otras.
En el caso de México se detectó en un ciudadano sudafricano que arribó el 21 de noviembre y que cursa la enfermedad de forma "leve", informó el Gobierno que igualmente descartó cerrar el tráfico aéreo con el sur de África como sí hizo la Unión Europea (UE).
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Se trata del segundo país de América Latina que informó la presencia de la variante Ómicron después de Brasil, que ya detectó pacientes con esta cepa en San Pablo y en Brasilia.
En todo el Espacio Económico Europeo (UE más Noruega, Islandia y Liechtenstein) se habían notificado 109 casos hasta hoy, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC).
En Estados Unidos se confirmaron diez casos de esta nueva variante, dos de los cuales correspondían a pacientes que no habían viajado al extranjero, lo que indica que las transmisiones son ahora también locales.
Si bien Ómicron generó una avalancha de medidas en un mundo cansado por dos años de una pandemia que dejó ya más de 5,2 millones de muertos, la OMS aclaró que hasta hora no tiene constancia de fallecimientos vinculados.
"No he visto ninguna información sobre muertes vinculadas con Ómicron", dijo el vocero de la agencia sanitaria de la ONU, Christian Lindmeier, en una conferencia de prensa en Ginebra reproducida por la agencia de noticias AFP.
Pero teniendo en cuenta que muchos países incrementan sus test para intentar detectar la nueva variante "tendremos seguro más casos, más informaciones y, ojalá que no, posiblemente fallecidos", dijo.
La OMS considera que la probabilidad de que Ómicron se extienda por todo el mundo es "elevada" aunque hay muchas incógnitas sobre su peligrosidad y su transmisibilidad frente a otras variantes como la Delta, que actualmente es la que provoca cerca del 90% de los positivos en el planeta.
Es esa cepa la que está generando por ejemplo la cuarta ola de contagios en Alemania, que hoy informó que superó los seis millones de casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia tras sumar casi 75.000 infectados en las últimas 24 horas.
El Gobierno de Angela Merkel, que la semana que viene y tras 16 años deja el poder para que asuma como canciller Olaf Scholz, confirmó ayer que endurecerá las restricciones para los no inmunizados y planea presentar en el Parlamento un proyecto para hacer obligatoria la vacunación, tal como lo implementará Austria a partir de febrero.
En la misma línea, República Checa anunció hoy que prepara un decreto, que previsiblemente se aprobará la semana que viene, para hacer obligatoria la inoculación contra el coronavirus a determinados grupos de la población, como médicos o policías.
Bélgica también informó nuevas medidas para contener el avance de la pandemia: las vacaciones de Navidad para los jardines de infantes y escuelas primarias comenzarán una semana antes de lo previsto y se extendió el uso obligatorio del barbijo en transporte público para niños a partir de los seis años de edad.
Más allá de que Delta es predominante, las alarmas se volvieron a encender con Ómicron.
Si bien las notificaciones recientes indican que esta variante ya estaba circulando en Europa antes de que Botsuana y Sudáfrica notificaran su hallazgo al secuenciar el genoma del virus, es el sur de África la región que está sufriendo las mayores consecuencias con un aislamiento internacional.
En ese macro, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa denunció hoy que su país sufre una suerte de "apartheid sanitario" por las prohibiciones de viaje.
El mandatario instó a los países que pusieron en marcha este tipo de medidas a "reconsiderar urgentemente su decisión" y "levantar estas restricciones" pues causarán un gran daño a la economía del país y del conjunto del África meridional, según el portal sudafricano de noticias News24.
Además, junto a su par de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, recalcó la necesidad de democratizar las vacunas para que la población mundial, también la africana, tenga acceso a las dosis para luchar contra el avance de la pandemia.
La Cruz Roja realizó la misma exhortación al resaltar que el surgimiento de Ómicron es la "última prueba" del peligro de las desigualdades frente a la inmunización en el mundo.
Según las estadísticas de la ONU, cerca del 65% de los habitantes de los países más desarrollados recibieron al menos una dosis de las vacunas contra el Covid-19, frente a solo 7% en los menos desarrollados.
"Los científicos advirtieron a la comunidad internacional varias veces del riesgo de aparición de variantes muy nuevas en lugares donde la tasa de vacunación es muy baja", dijo Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media luna Roja (FICR).
Con información de Télam