El domingo se encontró un contaminante en la vacuna contra COVID-19 de Moderna en la prefectura japonesa de Gunma, cerca de Tokio, el último caso de este tipo en el país relacionado con las vacunas de la empresa estadounidense.
Se encontró una diminuta sustancia negra en un vial de la vacuna de Moderna Inc, lo que llevó a la prefectura a suspender la inoculación con vacunas del lote de Moderna del que procedía el vial, según una autoridad de la prefectura de Gunma.
El Ministerio de Salud de Japón dijo el sábado que dos personas murieron después de recibir las vacunas de Moderna que estaban entre los lotes suspendidos posteriormente tras el descubrimiento de contaminantes.
El Gobierno había dicho que no se habían detectado problemas de seguridad o eficacia y que la suspensión era una precaución. Se están investigando las causas de la muerte.
La semana pasada, Japón suspendió el uso de 1,63 millones de dosis de Moderna, enviadas a 863 centros de vacunación de todo el país, después de que el distribuidor nacional, Takeda Pharmaceutical, recibiera informes sobre contaminantes en algunos viales. Moderna y la farmacéutica española Rovi, que embotella las vacunas de Moderna para otros mercados además del estadounidense, habían dicho en su momento que la contaminación podría deberse a un problema de fabricación en una de las líneas de producción de Rovi.
La vacuna en cuestión en Gunma es de un lote de Moderna diferente de los que ya se han suspendido, dijo la autoridad.
Las vacunas del mismo lote se han administrado a 4.575 personas en Gunma, pero la prefectura no ha recibido informes de mala salud, añadió.
También se encontraron contaminantes en las vacunas Moderna en la prefectura de Okinawa, al sur de Japón.
Con información de Reuters