Presionada y a la vez desbordada por masivas protestas a causa de restricciones por el coronavirus, la justicia belga suspendió este martes el cierre de teatros y salas de espectáculos que había anunciado la semana pasada el primer ministro Alexander De Croo para frenar el avance de la nueva variante Ómicron, que en menos de dos meses se diseminó por gran parte del mundo. El fallo, que no puede ser apelado por el Ejecutivo, es de aplicación inmediata.
El Gobierno dispuso el 22 de diciembre el cierre de salas de espectáculo, teatros y cines, medida que desencadenó la ira del ambiente de la cultura y masivas protestas en la capital, Bruselas. El Consejo de Estado, la máxima instancia jurídica administrativa de Bélgica, consideró que las autoridades no habían demostrado "en qué sentido las salas de espectáculo del sector cultural serían lugares especialmente peligrosos para la salud y la vida de las personas por favorecer la propagación del coronavirus, hasta el punto de que sea necesario ordenar su cierre".
Esta decisión concierne a los teatros y salas de espectáculos, pero no los cines, ya que fue un productor de espectáculos quien lanzó el requerimiento de urgencia ante el Consejo de Estado. Sin embargo, hay otros recursos en marcha que pueden acabar de la misma manera, por la jurisprudencia de esta sentencia, refirió la agencia de noticias AFP.
Las multitudinarias protestas contra limitaciones dispuestas por el Gobierno se iniciaron el 21 de noviembre, se replicaron el 5 de este mes con el agregado de disturbios y volvieron catorce días más tarde, esta vez a causa de la obligatoriedad del certificado sanitario.
Mientras tanto, cabe destacar que Bélgica suma 2.05 millones de casos y 28.218 muertes desde el inicio de la pandemia según el último reporte sanitario. La cepa Ómicron, surgida en Sudáfrica, está expandida a más de 120 países pese a haberse detectado recientemente, en noviembre último y los expertos ya hablan de una "segunda pandemia" por su altísimo grado de transmisibilidad y propagación supersónica, si bien es menos mortífera que su antecesora Delta.
Con información de Télam.