El avance del coronavirus en Brasil entro en una etapa crítica: ya se registran más de 4000 muertes y desde el gobierno de Jair Bolsonaro no ofrecen respuestas ante la pandemia. Las consecuencias de minimizar la enfermedad están a la vista y la negación a las afirmaciones científicas que apuntan a la necesidad del aislamiento como una "acción de incuestionable relevancia" llevan a esta instancia dramática.
Siete ex ministros de Salud de Brasil han acusado a Bolsonaro de violar los derechos a la salud y a la vida, además de acusarle de un “potencial genocidio” por no seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la Covid-19, según reportó ‘Folha de Sao Paulo’. Desde que el Covid-19 se cobró su primera muerte, el Presidente se dedicó a desafiar todas las indicaciones médicas y a mostrar un escepticismo peligroso que llevó al país a las ruinas.
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"La simple gripe", término con el que Jair Bolsonaro se refirió al coronavirus, devino en una fuerte crisis sanitaria. Mientras pide tranquilidad, el país se desmorona y las cifras de contagiados crecen a un ritmo aterrador.