El Gobierno italiano no descarta que la vacunación para los trabajadores de la administración pública sea obligatoria, mientras analiza extender la validez y el alcance del denominado "pase verde" contra el coronavirus.
"La vacuna sería fundamental para quienes trabajan en la oficina principal de la Administración Pública y para quienes trabajan en los servicios públicos. Después de todo, la obligación de vacunar no es una herejía: ya existe para algunas enfermedades", defendió hoy la ministra de Asuntos Regionales Mariastella Gelmini.
La definición se da mientras miembros del Gobierno, como el ministro de Administración Pública, Renatto Brunetta, buscan que la vacuna sea obligatoria para los trabajadores estatales que deben tratar con público, dentro de un fuerte impulso del oficialismo para alcanzar un piso del 80% de vacunados para mediados del mes que viene.
"Mi opinión es que hay que esperar los datos: si juzgáramos que la cobertura del 80% de la población es inalcanzable, no vería otra alternativa", planteó la ministra.
Al mismo tiempo, dentro del oficialismo italiano sectores quieren que el denominado "pase verde" dure un año desde la inmunización completa.
El "pase verde", un certificado gratuito que habilita la participación en diversas actividades en espacios cerrados, además del consumo dentro de bares y restaurantes, tiene una validez de nueve meses para vacunados; de seis meses para personas recuperadas de coronavirus y de 48 horas para quienes lo descarguen tras hacerse un test negativo de la enfermedad.
Italia, que hasta hoy inmunizó contra el coronavirus al 67,64% de su población mayor de 12 años, inició la campaña de vacunación el 27 de diciembre de 2020, por lo que los primeros pases verdes emitidos para quienes completaron su ciclo a inicios de año vencerán en la primera mitad de octubre si no hay cambios.
A partir de la semana que viene, el "pase verde" será obligatorio también para el personal docente y auxiliar de todas las escuelas del país, para garantizar el regreso a las clases de todos los niveles tras el receso estival.
En las universidades, también los estudiantes deberán tener su certificado.
En ese marco, según planteó Gelmini, "el uso del pase verde puede ser extendido" a otras actividades de forma obligatoria.
"Seguimos atentamente los datos: es nuestro deber mantener la vigilancia alta, pero si hacemos un último esfuerzo con la vacunación, podemos esperar el otoño con un optimismo cauteloso", planteó Gelmini al diario Corriere.
La ministra consideró que "es posible, con la reanudación de todas las actividades y escuelas, que las infecciones tengan un crecimiento significativo, pero sin las graves consecuencias a las que estábamos acostumbrados".
Con información de Télam