El presidente español, Pedro Sánchez, reconoció que el número de contagiados de coronavirus en España desde el inicio de la pandemia es de 3 millones de personas, aunque en el registro oficial la cifra ronda el millón. El país atraviesa una nueva ola de contagios.
El miércoles pasado, el número oficial de contagiados superó el millón de casos, pero el mandatario indicó que los estudios de seroprevalencia desarrollados por las instituciones públicas con expertos científicos indican que “el número real de personas que han estado infectadas supera los tres millones”.
Sin reuniones sociales en Madrid
En este contexto de nuevos casos de coronavirus en España, en donde el sistema sanitario colapsó rápidamente durante el invierno, el gobierno de Madrid anunció la prohibición de reuniones de personas que no viven bajo el mismo techo entre medianoche y las seis de la mañana, mientras varias regiones españolas buscan imponer toques de queda para frenar la expansión del coronavirus.
De esta forma, el Gobierno madrileño busca imponer “restricciones drásticas de la activad social, especialmente la nocturna”. Al respecto, el responsable de Salud, Enrique Ruiz Escudero, especificó que bares y restaurantes tendrán que cerrar a la medianoche y no podrán aceptar clientes después de las 23:00.
La decisión del Ejecutivo responde a que para los especialistas la mayor parte de los contagios se estaban produciendo en reuniones y entre jóvenes.
Este anuncio se produce a pocas horas de que el estado de alarma, una medida excepcional decretada hace dos semanas por el gobierno central para imponer un cierre perimetral de la capital española y zonas aledañas, finalice el sábado.
En paralelo, la región de Castilla y León, al norte de España, anunció que impondrá un toque de queda para sus habitantes a partir del fin de semana, mientras que Valencia (este) lo hará en los próximos días.
En tanto, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, indicó en rueda de prensa que el gobierno sigue estudiando las “opciones jurídicas” para facilitar los toques de queda en cualquier lugar del país, pero que en principio requeriría un estado de alarma para dar encaje legal a las restricciones a la movilidad.