En Corzano, una pequeña comunidad de la Lombardia en la que viven 1400 personas, una de cada diez se contagió de coronavirus esta semana. “Hay 140 positivos y el 60 por ciento son estudiantes de la escuela primaria y el jardín de infantes que a su regreso contagiaron a sus familiares”, informó el alcalde, Giovanni Benzoni, que también dio positivo. “En mi casa, de los cuatro, tres tenemos Covid”, contó.
Italia había regresado a las clases el 18 de enero, después de varias postergaciones y en medio de protestas de estudiantes y docentes que exigían mejores condiciones de seguridad para volver a las aulas. Dos semanas más tarde, no pasa ningún día sin noticias del cierre por Covid de varios establecimientos y la cuarentena de sus alumnos y docentes. En Corzano están evaluando prohibir la entrada y la salida del pueblo.
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Un estudio genético reveló que ese brote, y muchos otros en Italia, son responsabilidad de la cepa británica b117, a la que se le atribuye un nivel de contagiosidad mucho más alto, un nivel de letalidad superior y que recientemente adquirió una nueva mutación, común a las variantes brasileñas y sudafricanas, que le permite eludir parcialmente la respuesta inmune. Las precauciones que alcanzaban hasta ahora, se vuelven súbitamente insuficientes.
En la Argentina, la cepa b117 fue detectada a mediados de enero, en un caso importado. Con más frecuencia se detectaron casos de la variante de Río de Janeiro. Sabemos que estas nuevas cepas colonizan rápidamente las comunidades donde logran afincarse: en Gran Bretaña la b117 ya es responsable del 97 por ciento de los nuevos casos. Es inevitable que comiencen a circular aquí también.
El caso de Corzano resulta esclarecedor, no porque sea distinto de otros (al contrario) sino porque evidencia, en su escala microscópica, un riesgo que debería resultar evidente pero muchas veces queda oculto detrás de intereses, marketing y confusión. Las autoridades en todos los niveles del Estado deberían tomar nota. Si la prioridad realmente es el regreso a las aulas, tiene que ser con un plan serio, cumplible y controlable. Lo demás es ruleta rusa.