Tras el aumento de casos de coronavirus, Alemania extendió por un mes sus medidas de confinamiento y ordenó nuevas restricciones, que incluyen la suspensión de todas las actividades públicas por Pascuas que se realizarán la próxima semana. La decisión fue comunicada por la canciller Ángela Merkel, luego de una reunión con los gobernadores de los 16 estados del país, y advirtió que el país teutón se enfrenta ante una "nueva pandemia" por la variante británica del SARS-CoV2.
Esto se da en el marco de que los gobernadores y el gobierno habían acordado un plan para flexibilizar algunas restricciones, pero la suba de casos hizo que se de marcha atrás. La canciller advirtió que Alemania entró en una “nueva pandemia” debido a la propagación de las variantes del COVID-19.
“Tenemos un nuevo virus que es mucho más letal, mucho más infeccioso y contagioso durante mucho más tiempo”, aseveró Merkel en rueda de prensa en Berlín. Desde entonces, los contagios han ido en aumento constante debido a que una nueva variante descubierta en Gran Bretaña se ha vuelto más dominante. Las restricciones previas estaban programadas para concluir el 28 de marzo, pero ahora permanecerán vigentes hasta el 18 de abril.
“Vemos la intensidad del crecimiento exponencial y creo que los días extra de Semana Santa serán una contribución a los esfuerzos para controlar la pandemia”, confió la gobernante y anunció: Desafortunadamente, vamos a tener que usar este freno de emergencia”.
Situación de contagios
La tasa semanal de contagios por cada 100.000 personas se mantuvo el lunes en 107 casos a nivel nacional, comparados con cerca de 65 hace tres semanas. Las autoridades acordaron restringir prácticamente todas las actividades públicas del 1 al 3 de abril, incluyendo el cierre de la mayoría de las tiendas durante ese lapso. Las reuniones privadas quedarán prohibidas del 1 al 5 de abril, a fin de alentar a las personas a quedarse en casa.
“Era absolutamente imprescindible emplear el freno de emergencia”, subrayó Merkel con respecto a la decisión de dar un paso atrás en la estrategia de desescalada por el aumento de la incidencia en el último mes.
Medidas para los que viajen fuera de Alemania
También, por el incremento de alemanes que vacacionan en el extranjero, las autoridades acordaron un requisito general para que los viajantes se sometan a pruebas diagnósticas de COVID-19 antes de abordar un avión rumbo a Alemania. Merkel y los líderes regionales acordaron. además, extender a todos los viajeros que lleguen al país la obligatoriedad de hacerse un test PCR, independientemente del lugar de procedencia, cuando hasta ahora esta medida se limitaba a las consideradas “zonas de riesgo”.
Esta decisión es su respuesta a la polémica en torno a las vacaciones de Semana Santa en Mallorca, cuya demanda se había disparado después de que las autoridades alemanas sacasen a las Baleares de la lista de zonas de riesgo, lo que eliminaba la obligación de test y cuarentena.
Se establece así, agregó la canciller, una “obligación general” de realizarse un test para entrar al país y recordó que el Gobierno alemán desaconseja “en general todos los viajes que nos sean estrictamente necesarios”.
El pasado 12 de marzo las autoridades alemanas sacaron a las islas Baleares de la lista de zonas de riesgo (junto a otras cinco comunidades autónomas españolas), lo que desató la demanda de vuelos y estancias en la isla para las vacaciones de Semana Santa.
La situación provocó una fuerte controversia en España, donde la mayoría de ciudadanos no podrán salir en Semana Santa de su comunidad autónoma por las restricciones de la pandemia; pero también en Alemania, donde el turismo interno está actualmente prohibido, lo que supone graves dificultades económicas para el sector. La canciller alertó que la situación es “muy grave” y apuntó la importancia de no “sobrecargar el sistema sanitario”.