El armisticio que puso fin a las hostilidades en la Guerra de Corea será recordado mañana -cuando se cumplen 70 años- con actos en uno y otro lado de la frontera que acentúan las diferencias que mantienen el Norte y el Sur.
El Gobierno de Corea del Norte, que llega a la fecha luego de hacer distintos disparos de misiles en los últimos días, contará con la presencia de altos funcionarios de China y Rusia, mientras que Corea del Sur ha decidido recostarse en el apoyo de Estados Unidos, que envió dos submarinos -uno de ellos de propulsión nuclear- a la zona.
Al recibir hoy una cálida bienvenida en la capital norcoreana, Pyongyang, el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigú, consideró a Corea del Norte como un "socio importante" de Moscú.
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"La RPDC (República Popular Democrática de Corea, denominación oficial de Corea del Norte) es un socio importante para Rusia, con el que estamos ligados por una frontera común y una rica historia de cooperación", declaró Shoigú durante una entrevista en con su homólogo norcoreano, Kang Sun Nam, reprodujo un comunicado de su ministerio recogido por la agencia de noticias AFP.
El responsable ruso, vestido con uniforme militar, también le dijo a su par norcoreano que Moscú desea "reforzar la cooperación" de defensa entre ambos países, y que considera a Corea del Norte un "Estado amigo".
China, principal socio comercial de Corea del Norte, también confirmó el envío a Pyongyang de una delegación liderada por el miembro del Politburó Li Hongzhong.
"Consideramos que la visita contribuirá al desarrollo sano y estable de las relaciones entre China y Corea del Norte, al fortalecimiento de la paz y la estabilidad en la región y la creación de condiciones para la resolución política del problema de la península", declaró la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, en una rueda de prensa.
Es probable que las festividades culminen con un gigantesco desfile militar en la capital norcoreana, donde el líder Kim Jong-un, podría exhibir sus misiles con capacidad nuclear más poderosos diseñados para atacar a los rivales vecinos y al territorio continental de Estados Unidos.
En Corea del Sur, en tanto, el presidente Yoon Suk-yeol invitó a decenas de veteranos de guerra extranjeros a honrar a los soldados caídos en el conflicto (1950-53), que mató e hirió a millones de personas.
Fuentes oficiales surcoreanas dijeron a medios de comunicación occidentales que Yoon probablemente usará este aniversario para visibilizar aún más el peligro que representan los recientes ensayos misilísticos del Norte y la consecuente necesidad de Seúl de profundizar su alianza con EEUU.
Para los surcoreanos, el principal resultado del armisticio de 1953 fue la posterior firma del Tratado de Defensa Mutua entre Estados Unidos y Corea del Sur, destinado a calmar los nervios de seguridad de Corea del Sur acerca de la tregua y sigue sirviendo como base para las fuerzas armadas de los países.
Frente a las crecientes amenazas nucleares, Yoon busca ahora mayores garantías de que EEUU utilizará sus armas nucleares de manera rápida y decisiva para defender al Sur en caso de un ataque nuclear del Norte.
Se espera que miles de personas asistan mañana a una ceremonia en la ciudad portuaria de Busan, en el sur de Corea del Sur, donde se encuentra un cementerio en honor a los soldados de la ONU muertos durante el conflicto.
La Guerra de Corea comenzó el 25 de junio de 1950 y de inmediato se transformó en un escenario global para la disputa entre el capitalismo y el comunismo en el marco de la Guerra Fría.
Tres años y 33 días después -el 27 de julio de 1953- ambos países pusieron fin a las hostilidades mediante la firma del armisticio, pero nunca se rubricó un tratado de paz, de manera que el Sur y el Norte técnicamente continúan en guerra.
Con información de Télam