El gobierno de Corea del Sur anunció hoy que analiza indemnizar a las víctimas de los trabajos forzados impuestos por Japón entre 1910 y 1945 sin exigir aportes a empresas japonesas, como parte de una estrategia destinada a estrechar vínculos con Tokio frente a la amenaza norcoreana.
Corea del Sur y Japón son dos aliados clave de Estados Unidos en la región, pero su relación bilateral está dañada hace años por los crímenes cometidos por Tokio durante su colonización de la península coreana, entre 1910 y 1945.
Unos 780.000 coreanos fueron obligados a realizar trabajos forzados durante ese período, según datos de Seúl, que no incluyen a las mujeres convertidas en esclavas sexuales por el ejército nipón.
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En una comparecencia pública, Seo Min-jong, un alto funcionario del ministerio surcoreano de Exteriores, dijo hoy que la idea es ofrecer compensaciones a las víctimas "a través de una tercera parte".
Según la prensa local, la idea sería constituir un fondo alimentado por donaciones de empresas surcoreanas, que a su vez fueron beneficiarias de un paquete de reparaciones pagado por Japón.
Este mecanismo evitaría exigirle el dinero a las empresas japonesas que se beneficiaron de esa mano de obra, reportó la agencia Europa Press.
Japón argumenta que los reclamos por el período colonial quedaron cubiertas en virtud de un tratado firmado en 1965, que incluía un paquete de 800 millones de dólares en donaciones y préstamos baratos, y permitió a ambos países restaurar sus relaciones diplomáticas.
El proyecto de compensación emerge en un momento en que el gobierno surcoreano de Yoon Suk-yeol trata de mejorar las relaciones con Tokio, con el argumento de la amenaza común que representa Corea del Norte, que en los últimos meses hizo ensayos con un gran número de proyectiles.
Con información de Télam