Las negociaciones de la cumbre del clima COP27 proseguían en la madrugada del domingo en Egipto, 30 horas más tarde del cierre programado, después de que los países no lograran cerrar un acuerdo sobre las finanzas y las medidas para reforzar la lucha contra el cambio climático.
Aunque algunos activistas señalaron alarmados que parecía que el texto se estaba desmoronando, las demoras podrían estar vinculadas a problemas de procedimiento, informó el diario inglés The Guardian.
Pese a las idas y vueltas, las casi 200 delegaciones que están en Sharm el Sheij acordaron este sábado un fondo específico con el que asistir a los países en desarrollo frente a las pérdidas y los daños sufridos por los desastres climáticos, reportó la agencia de noticias AFP.
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Sin embargo, en las conferencias del clima todas las decisiones están entrelazadas y se toman por consenso.
Al mismo tiempo, persistía una gran división en torno a cómo mencionar el futuro de las energías de origen fósil, emisoras de dióxido de carbono y metano, dos gases causantes del efecto invernadero.
Numerosos países en desarrollo y también europeos desean que la COP27 establezca que hay que abandonar progresivamente el uso de energías fósiles, un extremo al que se oponen naciones productoras de petróleo como Arabia Saudita, según fuentes consultadas por la agencia francesa.
"Ha habido muchos países que han expresado que ese lenguaje (sobre energías fósiles) se debía endurecer", dijo a la prensa la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y añadió que la negociación se encuentra en un "momento complicado".
"Tenemos que empezar a trabajar en la salida de los combustibles fósiles, porque es la única manera de mantener el objetivo de un calentamiento de 1,5 ºC" respecto a la era preindustrial, añadió Malcolm Stufkens, subsecretario de Ambiente de Honduras.
"Esperamos tener las dos cosas que harán de ésta una COP viable: el compromiso con 1,5 ºC, con decisiones claras, y el fondo", explicó la ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad.
La presidencia egipcia distribuyó el sábado un nuevo borrador entre las partes negociadoras, una vez vencido el plazo oficial de la conferencia el viernes.
El nuevo texto egipcio llegó después de un ultimátum europeo, que denunció lo que consideraba un "retroceso inaceptable".
Según los europeos, la presidencia egipcia quería hacer retroceder el compromiso para seguir reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se conoce como el capítulo de mitigación en las negociaciones.
El vicepresidente la Comisión Europea, Frans Timmermans, dijo que la UE prefería "no tener un resultado que un mal resultado".
La mitigación es imprescindible para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento del planeta en 1,5 ºC respecto de la era preindustrial, una meta acordada en París en 2015, pero que los últimos informes del panel de expertos de la ONU han puesto en duda.
"No estamos aquí para sacar declaraciones, sino para mantener el objetivo de 1,5 ºC vivo", dijo la ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annaelena Baerbock, quien ayer ya había bajado las expectativas de que se consiguiera un acuerdo sobre el financiamiento al afirmar que "peor que ningún resultado sería un resultado que suavizara, diluyera o incluso hiciera retroceder el consenso de Glasgow y París".
Para mantener el objetivo de París vivo los países deberían asumir compromisos más firmes y concretos en materia de descarbonización.
Los nuevos textos de negociación presentados por la Presidencia Egipcia han logrado cierto progreso en un acuerdo de base para la financiación de los países más pobres y más afectados por los efectos del calentamiento global, reportó la agencia de noticias Europa Press.
La propuesta, según la agencia Bloomberg, podría establecer un nuevo fondo de cara al próximo año para financiar los costos de los daños climáticos.
Al renovar las conversaciones, los negociadores se centraron en lograr un lenguaje que pueda satisfacer las demandas de la UE en materia de mitigación del cambio climático.
Además, Estados Unidos y China reanudaron la discusión climática sobre si los mayores emisores de gases de efecto invernadero deberían contribuir a ayudar a las naciones que sufren la peor parte de los efectos del calentamiento global.
Los delegados debatían a puerta cerrada intentando encontrar un texto que satisfaga a las 200 naciones antes de que los ministros regresen a sus casas después de dos semanas de negociaciones.
La COP27 comenzó el 6 de noviembre con un tema dominante: la creación de un fondo de pérdidas y daños destinado a los países que más sufren por la contaminación provocada por los países industrializados.
Más de la mitad de los gases de efecto invernadero provienen de Estados Unidos, China y Europa.
El jueves, la UE propuso la creación de un fondo de respuesta destinado a los países más vulnerables, pero con varias condiciones que empantanaron las negociaciones.
Por un lado, que se amplíe la base de donantes, es decir, que naciones como China o India, también aporten aunque sean países en vías de desarrollo y, por otro lado, que se firme un compromiso explícito sobre mitigación para mantener vivo el objetivo de 1,5º.
"Como se pueden ustedes imaginar, ninguno de los grupos podría decir que todos sus intereses están recogidos", explicó Shukry.
Compensar a los países que menos gases de efecto invernadero han emitido históricamente, pero que sufren las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos es una vieja aspiración de los países del Sur Global.
"Las contribuciones deberían incluir a todos los grandes emisores, como China, Arabia Saudita o Qatar", había declarado el ministro canadiense de Medio Ambiente, Steven Guilbeault.
El delegado chino en la sesión plenaria, Zhao Yingmin, se limitó a pedir que "no se reescriba" el Acuerdo de París.
Ese acuerdo histórico de 2015 sentó las bases del compromiso actual contra el cambio climático, pero recordó que la responsabilidad es común aunque diferenciada, es decir, que los países desarrollados deben contribuir mucho más en función de su historial de emisiones y uso de recursos naturales.
Entre los países en vías de desarrollo existe una considerable desconfianza por las promesas incumplidas.
En 2009, los países desarrollados prometieron que a partir de 2020 desembolsarían 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático y a disminuir sus emisiones, y al mismo tiempo emprender la transición energética.
Y ese monto de 100.000 millones de dólares, que no ha sido completado, debe ser aumentado en principio a partir de 2025.
Con información de Télam