Los ataques israelíes contra la Franja de Gaza continúan y la crisis humanitaria que viven más de dos millones de palestinos en ese pequeño y asediado territorio se profundiza. Pero la semana pasada, el conflicto sufrió una nueva y preocupante escalada: Estados Unidos y sus principales aliados en el mundo anunciaron que dejaban de financiar la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), la entidad que hoy prácticamente se ocupa de garantizar la subsistencia de casi toda la población en Gaza. Según informaron lo hicieron porque Israel les mostró un informe de inteligencia que sostenía que miembros de la Unrwa habían participado del masivo ataque de Hamas del 7 de octubre pasado. El lunes, el reconocido medio canal de noticias británico Channel 4 informó que accedió a ese informe y pudo constatar que "no provee ninguna evidencia".
"No provee ninguna evidencia que sostenga su nueva y explosiva denuncia de que personal de la Unrwa estuvo involucrado en el ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre contra Israel", aseguró la periodista Lindsey Hilsum, una veterana y respetada corresponsal del medio. En cambio, siguió leyendo, repite viejas y nuevas denuncias. "Gracias a información de inteligencia, documentos y documentos de identidad capturados durante los combates, ahora es posible identificar alrededor de 190 operativos terroristas de Hamas y la Jihad Islámica Palestina que trabajan como empleados de la Unrwa. Más de 10 miembros del staff de la Unrwa participaron de los ataques del 7 de octubre", sostiene el texto, según la periodista británica.
El 7 de octubre pasado, hace casi cuatro meses, cientos de milicianos palestinos superaron los puestos de control militares de Israel o los cruzaron por debajo de la tierra a través de túneles y comenzaron a cazar militares y principalmente civiles en las comunidades del sur de ese país, lindante con la ocupada Franja de Gaza. Fueron horas de matanzas, secuestros y todo tipo de abusos cometidos contra israelíes. El saldo oficial fueron más de 1.200 muertos, cientos de heridos y más de 200 secuestrados, de los cuales 105 ya fueron liberados en intercambios con prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
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Este ataque masivo desató una represalia militar israelí como no se había visto en décadas. Desde ese mismo día, el ejército de Israel lanzó bombardeos diarios y luego invadió la franja de forma terrestre. Solo hubo treguas parciales durante una semana para garantizar los intercambios de rehenes por prisioneros. En total, ya murieron más de 27.000 palestinos, más de 66.000 resultaron heridos y más del 85% de la población tuvo que abandonar o huir de su casa para evitar los bombardeos y combates. La crisis humanitaria y la devastación física de edificios e infraestructura, según la Unrwa, es total.
En este contexto, la Unrwa informó que garantizaba ayuda humanitaria crítica a casi la totalidad de los que abandonaron sus casas. Pese a esto, la sola denuncia de Israel hizo que Estados Unidos y sus aliados retiraran más del 60% de los fondos de la agencia de la ONU, pese a que el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, había anunciado una investigación sobre la denuncia de Israel y hasta que habían rescindido el contrato de los 8 de los 13 empleados de la Unrwa identificados por el Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Guterres, no obstante, le pidió a Israel compartir su "información de inteligencia" para nutrir su investigación; sin embargo, hasta ahora, el Gobierno de Netanyahu no ha revelado ninguna evidencia. Por eso, el informe clasificado publicado por Channel 4 es la primera vez que se conoce en detalle la denuncia que encendió todas las alertas humanitarias en la devastada Gaza.