Netanyahu enfrenta las críticas más duras: rehenes liberados piden la vuelta inmediata de todos los secuestrados

Medios israelíes difundieron los reclamos de algunos de los que estuvieron secuestrados por Hamas en la Franja de Gaza y de familiares de otros que siguen allí. Hubo gritos, tensión y críticas. Cuestionaron la efectividad de los bombardeos y le pidieron que consiga la liberación de los casi 140 rehenes que continúan bajo cautiverio.

06 de diciembre, 2023 | 13.21

En estos dos meses de masiva ofensiva militar contra la Franja de Gaza, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, recibió una lluvia de críticas desde la oposición, de la ONU -que este miércoles calificó la situación humanitaria como un "horror absoluto"- de países árabes vecinos y de la comunidad internacional en general, incluido su aliado más incondicional, Estados Unidos. Sin embargo, esta semana se sumó una voz que el jefe de Gobierno difícilmente podrá ignorar o desestimar: la de varios de los 81 rehenes israelíes liberados durante la semana de tregua que acordaron Israel y el movimiento extremista e islamista Hamas para frenar los ataques y combates y permitir siete intercambios de secuestrados por prisioneros.  

El 7 de octubre, en medio de las masacres cometidas por Hamas en el sur de Israel, que terminaron con más de 1.200 muertos, la mayoría civiles, éste y otros grupos armados palestinos tomaron más de 200 rehenes y los llevaron a la Franja de Gaza, donde ese mismo día comenzó una campaña de bombardeos israelíes que continúa aún hoy. Esta ofensiva solo se interrumpió la última semana de noviembre y, durante esa tregua, Hamas liberó a 105 civiles: 81 ciudadanos israelíes, muchos de ellos con doble ciudadanía, 23 tailandeses y un filipino. Antes había entregado a cuatro mujeres y el ejército israelí había recuperado tres cuerpos sin vida. Alrededor de la mitad de los rehenes argentinos fueron liberados y Hamas informó que otros tres conciudadanos -una madre con su hijo de 4 años y su bebé de apenas unos meses- fallecieron "por los bombardeos". En total, en Israel estiman que quedan 138 israelíes bajo cautiverio, entre ellos 20 mujeres. 

Pese a que los tres Gobiernos mediadores -Qatar, Egipto y Estados Unidos- hicieron públicos sus intentos por extender otra vez más la tregua para continuar con las liberaciones, el primero de diciembre pasado, el Gobierno de Netanyahu anunció que no había llegado a un acuerdo con los palestinos de Hamas y, por lo tanto, su ejército retomaba sus bombardeos y su avanzada ahora sobre la mitad sur de la Franja de Gaza, donde se trasladó -por pedido de los mismos militares israelíes- de la mayoría de la población civil para escapar de los ataques que destruyeron gran partes de las ciudades y cambios de refugiados del Norte, según pudieron verificar periodistas y trabajadores humanitarios internacionales que pudieron ingresar al territorio ocupado durante la tregua. 

 

Tras reiniciar los ataques y la avanzada terrestre sobre el sur de la Franja -donde ya más del 80% de la población se encuentra desplazada, es decir, fuera de sus casas en algún tipo de refugio-, Netanyahu dejó en claro que Israel apostaba nuevamente a la vía militar. Prometió continuar "hasta que todos los objetivos sean alcanzados" y, cuando tuvo que enumerarlos, planteó dos: traer de vuelta a los cerca de 140 rehenes que estiman que aún siguen secuestrados por distintos grupos armados palestinos en la Gaza y eliminar por completo al movimiento islamista Hamas, la fuerza que ganó las elecciones palestinas en 2006, pero tras una guerra intestina con la Autoridad Nacional Palestina de Mahmud Abbas al año siguiente, mantuvo un control de facto sobre el pequeño, asediado y empobrecido territorio. 

A solo días de recuperar su libertad y reencontrarse con sus seres queridos, un grupo de ex rehenes pidieron una audiencia con Netanyahu y su gabinete de guerra que dirige la ofensiva contra Gaza, que ya provocó más de 16.000 muertos palestinos -entre ellos más de 7.000 niños y menores- y decenas de miles de heridos. La reunión finalmente se concretó el martes, participaron familiares de israelíes aún secuestrados y, según relató con mucho detalle The Times of Israel, fue extremadamente tensa. El premier les habría dicho que "no es posible ahora traer a todos de vuelta". "¿Alguno puede creer que si esto fuera una opción, alguien se negaría?", continuó y una lluvia de gritos, sostuvo el medio israelí, cayó sobre él. 

Netanyahu culpó a Hamas por el fin de la tregua y argumentó que "hicieron demandas que aún ustedes no aceptarían". Sin embargo, no los convenció. 

El padre de un rehén que aún está en Gaza, Reuven Yablonka, le dijo al diario Maariv que "hubo caos y gritos". "Le gritaron que querían que todos los rehenes vuelvan a sus casas. Las mujeres que estuvieron cautivas contaron cosas desagradables que les pasó, una de ellas estaba completamente exhausta". El Canal 12, en paralelo, citó a una madre de un actual rehén que le gritó al ministro de Defensa, Yoav Gallant, durante de la reunión. "No estoy preparada para sacrificar a mi hijo por su carrera o por la carrera del resto de los notables que están aquí", aseguró mirando a todos los funcionarios presentes. "Mi hijo no se ofreció voluntariamente a morir por su patria. Es un civil que fue secuestrado de su casa y su cama...Prometanme que van a recuperar a mi hijo y a todos los rehenes que faltan vivos," agregó. 

Gallant le respondió que harán "todos los esfuerzos posibles", pero ahí surgió otra fuerte discusión. Una de las mujeres liberadas que aún tiene a su esposo secuestrado en Gaza, Aviva Siegel, criticó duramente la decisión del Gobierno de Netanyahu de retomar la vía armada y profundizar la escalada en la Franja. "Bombardeos aéreos golpearon justo arriba de nosotros y los milicianos de Hamas simplemente siguieron durmiendo. Sus bombardeos no los molestan", sostuvo. El Canal 12 también citó a Siegel cuando advirtió que los ataques israelí sí, en cambio, ponen en peligro a los secuestrados. Contó que su esposo Keith "no está bien, le rompieron las costillas y casi no se puede sentar o comer". Y luego contó su propia experiencia: "Yo no dormía, no comía porque no podía. Nos movían de lugar a lugar. Yo pensaba que íbamos a explotar en cualquier momento." 

Medios israelíes también citaron a otros rehenes liberados, que no fueron identificados, que contaron las condiciones extremas en las que los tuvieron secuestrados: "Estuve deshidratado durante 51 días, no nos dieron agua. Son inhumanos", dijo uno. Otra habló de que las mujeres "fueron tocadas" por milicianos de Hamas. Finalmente, Yelena Trufanov, otra liberada que aún tiene a su hijo secuestrado en Gaza, retomó el pedido de retomar la tregua y volver a sentarse a negociar liberaciones: "Yo estuve ahí, sé lo duro que es, el cautiverio es duro todos los días, ustedes no lo saben. No tienen idea de lo que están haciendo ahí...Y, además, sé que las condiciones en las que tienen a los hombres son peores que las de las mujeres."