La milicia palestina Yihad Islámica disparó el lunes una andanada de cohetes contra Israel, mientras los combates se recrudecían en Gaza. En tanto, los tanques israelíes se adentraban en zonas del enclave, según informaron residentes y autoridades.
El brazo armado de la Yihad Islámica, aliado de Hamás respaldado por Irán, dijo que sus combatientes habían disparado cohetes contra varias comunidades israelíes cercanas a la valla con Gaza en respuesta a "los crímenes del enemigo sionista contra el pueblo palestino".
La descarga de unos 20 cohetes no causó víctimas, según el ejército israelí. Sin embargo, el ataque demostró que las milicias palestinas siguen teniendo capacidad para lanzar cohetes tras casi nueve meses de una ofensiva que, según Israel, pretende neutralizar las amenazas que pesan sobre él.
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La violencia también estalló el lunes en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel, donde el Ministerio de Sanidad palestino dijo que una mujer y un niño murieron en la ciudad de Tulkarem durante una operación de las fuerzas israelíes. Un día antes, un ataque israelí en la misma zona mató a un miembro de la Yihad Islámica.
En algunas partes de Gaza, combatientes palestinos siguen llevando a cabo ataques contra las fuerzas israelíes en zonas que el ejército había abandonado hace meses.
Los tanques israelíes profundizaron por quinto día sus incursiones en el suburbio de Shejaia, en el este de la ciudad de Gaza, y los tanques avanzaron más en el oeste y centro de Ráfah, en el sur de Gaza, cerca de la frontera con Egipto, dijeron los residentes.
El ejército israelí afirmó haber matado a varios milicianos en combates en Shejaia el lunes y haber encontrado grandes cantidades de armas.
Hamás, el grupo islamista que gobierna Gaza, dijo que sus combatientes habían atraído a una fuerza israelí a una casa con trampas explosivas en el este de Ráfah y la habían volado, causando víctimas.
El ejército israelí anunció la muerte de un soldado en el sur de Gaza sin dar más detalles. La Radio del Ejército israelí dijo que el soldado había muerto en Ráfah en una casa con trampas explosivas, una posible referencia al incidente denunciado por la Yihad Islámica.
También en Ráfah, el ejército israelí dijo que un ataque aéreo mató a un combatiente que disparó un misil antitanque contra sus tropas.
Israel señaló que su operación en Ráfah, destinada a acabar con Hamás, concluirá pronto. Una vez concluida la fase intensa de la guerra, sus fuerzas se centrarán en operaciones a menor escala destinadas a impedir que Hamás vuelva a reunirse, según las autoridades.
La guerra comenzó cuando combatientes dirigidos por Hamás irrumpieron en el sur de Israel el 7 de octubre, matando, según los recuentos israelíes, a 1.200 personas y tomando unos 250 rehenes —civiles y soldados— que luego llevaron a Gaza.
La ofensiva lanzada por Israel en represalia ha matado a casi 38.000 personas, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, y ha dejado en ruinas el enclave costero, densamente edificado.
El Ministerio de Sanidad de Gaza no distingue entre combatientes y no combatientes, pero las autoridades afirman que la mayoría de los muertos son civiles. Israel afirma que 317 de sus soldados han muerto en Gaza y que al menos un tercio de los muertos palestinos son combatientes.
Estancamiento del alto el fuego
Los esfuerzos de los mediadores árabes por conseguir un alto el fuego, respaldados por Estados Unidos, se estancaron. Hamás afirma que cualquier acuerdo debe poner fin a la guerra y suponer la retirada total de Israel de Gaza. Israel afirma que solo aceptará pausas temporales en los combates hasta que Hamás sea erradicada.
Las autoridades israelíes liberaron a 54 palestinos que habían detenido durante la guerra, según informaron las autoridades palestinas de fronteras.
Entre ellos se encontraba Mohammad Abu Selmeyah, director del hospital al-Shifa, detenido por el ejército cuando sus fuerzas asaltaron por primera vez el centro médico en noviembre.
Israel dijo que Hamás había estado utilizando el hospital con fines militares. El ejército ha difundido imágenes de circuito cerrado de televisión del hospital del 7 de octubre en las que se ve a hombres armados y rehenes en las instalaciones, y ha llevado a periodistas a un túnel hallado en el complejo.
Hamás negó que utilice hospitales con fines militares. Abu Selmeyah rechazó el lunes las acusaciones y afirmó que los detenidos habían sufrido malos tratos durante su reclusión, incluida la privación de alimentos y medicinas, y que algunos habían muerto.
"Fui sometido a graves torturas, me rompieron el dedo meñique y me golpearon en la cabeza hasta que me salió sangre, más de una vez", dijo Abu Selmeyah en una conferencia de prensa en el hospital al-Aqsa de Deir al-Balah.
Israel declaró en mayo que estaba investigando la muerte de palestinos capturados durante la guerra, así como un campo de detención dirigido por el ejército en el que detenidos liberados y grupos de derechos humanos han denunciado malos tratos a los reclusos.El ejército no comentó inmediatamente las declaraciones de Abu Selmeyah.
(Información y redacción de Nidal al-Mughrabi en El Cairo; información adicional de Maayan Lubell en Jerusalén y Clauda Tanios en Dubái; editado por Timothy Heritage; editado en español por Javi West Larrañaga)