Después de 23 días de constantes bombardeos aéreos y cuatro de invasión terrestre de las fuerzas militares israelíes, distintas agencias de la ONU que trabajan en la Franja de Gaza describen una situación humanitaria límite. Unicef advirtió que los palestinos están "al borde de la catástrofe" por la falta de agua limpia y los crecientes problemas de salubridad; la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que no puede enviar suministros básicos a los dos principales hospitales del norte del pequeño, abarrotado y ocupado territorio palestino -donde se concentran los ataques israelíes-; la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calculó que se necesitan al menos 100 camiones con ayuda humanitaria para cubrir las necesidades y este lunes, en el día que más lograron ingresar desde Egipto, fueron solo 33 -la semana pasada fueron apenas 117 en total-; y la agencia para refugiados Unrwa denunció que el apagón de internet y luz "aceleró el quiebre del orden social".
Desde el inicio de los bombardeos, el 7 de octubre pasado, el mismo día que el movimiento islamista palestino Hamas lanzó un masivo ataque contra Israel que mató a más de 1.400 personas, nadie puede entrar o salir de la Franja de Gaza. El bloqueo que el Estado israelí mantiene por aire, tierra y mar desde 2007 se endureció y no permitió el ingreso de ayuda humanitaria, periodistas o personal internacional. Además, desconectó al pequeño territorio de la red de electricidad, lo que provocó unos días después que las plantas de tratamiento de residuos y de desalinización del agua se apagaran. Más de 2,4 millones de palestinos se quedaron sin luz, agua potable y, el viernes pasado, cuando comenzó la invasión terrestre, también les cortaron internet, servicio que volvió de a poco recién el domingo.
En ese contexto, la ONU pidió un alto el fuego humanitario para permitir el ingreso de ayuda y el tratamiento de heridos, pero cada intento en el Consejo de Seguridad fracasó. La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución por amplia mayoría el viernes pasado, pero no es vinculante. Incluso el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, -el mismo que vetó la resolución impulsada de Brasil para conseguir una tregua- hizo saber que está negociando con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cómo acelerar la llegada de ayuda.
Sin embargo, según informó el diario israelí Haaretz, Netanyahu adelantó que no negociará una tregua con Hamas, la fuerza política y armada que controla la Franja de Gaza desde 2006. En cambio, los pocos videos que llegan desde el asediado territorio muestran que tanques israelíes ya avanzan en las afueras de la Ciudad de Gaza, la principal urbe en el Norte.
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Hace semanas que las autoridades israelíes exigen a los habitantes palestinos de esa región norteña de la franja que abandonen sus casas y se desplacen al Sur para evitar los combates y bombardeos; sin embargo, todas las organizaciones humanitarias presentes coinciden en que es un pedido imposible, por la altísima concentración población del territorio y porque, además, muchos de los que escaparon fueron atacados en el camino.
Israel, igual, continuó emitiendo advertencias a todos los que viven en esa región, incluso a los hospitales, que ya están funcionando también como refugios de las personas que temen ser víctimas de un bombardeo nocturno en sus casas. En total, las autoridades de Hamas calcularon que los muertos ya superan los 8.300 y, según Hwra, cerca del 70% son mujeres y niños.
"Los hospitales son lugares de ayuda y refugio; deben ser protegidos a toda costa. Evacuar a los pacientes, incluidos los que están en cuidados intensivos, con respiración asistida y bebés en incubadoras, es casi imposible en la situación actual", advirtieron desde la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Un colapso humanitario
"Es un desastre arriba de otro desastre", alertó el director regional de emergencias de la OMS, Rick Brennan, al explicar que no logran enviar suministros a los dos principales hospitales del norte de la Franja, Shifa y Al-Quds, para garantizar su funcionamiento. Según su diagnóstico, un tercio de los hospitales del territorio y un 71% de las clínicas ya no funcionan.
Para Brennan, la poca ayuda humanitaria que ingresó desde la semana pasada a través del paso fronterizo con Egipto es "apenas un gota en el océano". Porque según OCHA, se necesitan al menos 100 camiones de ayuda por día para satisfacer todas las necesidades más urgentes de la población civil. Solo este lunes, el día que más vehículos entraron, fueron 33, según esta agencia de la ONU. Y toda la semana pasada, solo 117 en total.
Antes del inicio de la ofensiva israelí, cuando el bloqueo existía pero un poco más flexible y la ONU ya advertía que la situación humanitaria era delicada, ingresaban alrededor de 500 camiones con ayuda cada día.