La escalada de violencia que domina hace tiempo el conflicto israelí-palestino no cesa. El Ejército israelí mató este lunes a ocho palestinos durante un nuevo "operativo antiterrorista" sobre la ciudad de Jenin, en Cisjordania, uno de los bastiones históricos de la resistencia palestina a la ocupación militar que ya lleva más de medio siglo. Se supone que la Autoridad Nacional Palestina, el gobierno palestino creado por los truncos acuerdos de paz de los años 90s, tiene control administrativo y de seguridad sobre ciudades como Jenin. Sin embargo, las fuerzas de ocupación volvieron a demostrar que no cumplen ni siquiera esas reglas que firmaron hace 30 años y que suelen reivindicar en los foros internacionales para justificar la continuidad de la ocupación militar.
Hace tiempo que Israel denuncia que está creciendo una resistencia armada en lugares como Jenin en Cisjordania, pese a que no existen evidencias de una organización significativa como sí existió hace 20 años y que tuvo su máxima expresión durante la Segunda Intifada. La nueva ofensiva de este lunes -apenas semanas de la de junio que terminó con siete palestinos muertos dentro del campo de refugiados de Jenin- fue descrita por Tel Aviv como "una amplia operación antiterrorista" y, según un comunicado del Ejército de ocupación, atacó una planta de producción de armas y de almacenamiento de artefactos explosivos. "La ciudad de Yenín y el campo de Yenín son actualmente una zona de combates", agregó el texto, citado por la agencia de noticias AFP.
El vocero del Ejército, el teniente coronel Richard Hecht, reconoció incluso que el ataque tomó por sorpresa a la población de esa densamente poblada ciudad y, especialmente, del masivo campo de refugiado que tiene adentro. "La gente sabía que íbamos probablemente a entrar, pero el método de ataque aéreo, los tomó por sorpresa", le dijo el oficial a la prensa y agregó: "Estamos todavía dentro del campo. Seguimos capturando armas y municiones" e "infraestructura."
En total, el último informe del Ministerio de Salud palestino estimó que al menos ocho palestinos fueron asesinados durante la ofensiva militar israelí, mientras que registraron 50 heridos, 10 de ellos de gravedad, según publicó la agencia Télam. A esto se suma a otro palestino muerto a manos de un miembro de las fuerzas israelíes cerca de Ramallah, la sede de la Autoridad Nacional Palestina, no muy lejos de Jerusalén.
El director de la Media Luna Roja palestina en Jenin, Mahmud al Saadi, denunció la operación militar israelí como una verdadera ofensiva: "Hay bombardeos y una invasión terrestre. Varias casas y sitios fueron bombardeados. Hay humo saliendo por todas partes."
Como suele ocurrir cuando la violencia de las fuerzas de la ocupación crece en uno de los territorios palestinos ocupados, la reacción desde los otros no tarda en llegar. Ismael Haniyeh, jefe del movimiento islamista palestino Hamas que gobierna la la completamente bloqueada Franja de Gaza, calificó la ofensiva israelí de "brutal", mientras que la Yihad Islámica palestina, otro grupo islamista con brazo armado propio en Gaza, declaró que "todas las opciones están abiertas para atacar al enemigo (Israel) en respuesta a su agresión en Jenin". En las calles de ese pequeño y empobrecido territorio, además, ya se comenzaron a ver expresiones de apoyo a los palestinos de Cisjordania.
Porque la violencia de las fuerzas israelíes contra los palestinos en los territorios palestinos no es algo puntual, sino sistemático, especialmente desde la vuelta al poder del primer ministro Benjamin Netanyahu de la mano de una coalición de extrema derecha nacionalista y religiosa que está avanzando más rápido que nunca con la colonización de Cisjordania y Jerusalén este, dos de los tres territorios palestinos ocupados. Desde que comenzó el año, al menos 185 palestinos fallecieron. La escalada de ataques y agresiones también afectó a la sociedad israelí: 25 israelíes, una ucraniana y un italiano también murieron en lo que va de 2023.
Con información de Télam