En plena ofensiva israelí, el presidente palestino quiere entrar a la Franja de Gaza

Abbas le pidió al titular de la ONU y de las principales organizaciones regionales del mundo que lo acompañen para denunciar los crímenes israelíes. Israel, por su parte, mantiene silencio, aunque versiones periodísticas sostienen que Netanyahu no lo permitirá.

25 de agosto, 2024 | 00.05

De gira oficial por Turquía, durante una sesión extraordinaria del parlamento turco, Mahmud Abbas (88), el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania hizo un anunció inesperado. “He decidido ir a Gaza con otros hermanos de la dirigencia palestina”, aseguró. “Aunque me cueste la vida”, agregó más tarde cuando la prensa le preguntó detalles de ese viaje.

Una virtual visita de Abbas a la Franja de Gaza es ciertamente histórica pero también muy peligrosa. El plan genocida de Israel no se frena ni ante niños en las escuelas, ni ante ancianos en los hospitales, ni ante grupos de ayuda humanitaria. 

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Incluso, los asesinatos con bombas o ataques misilísticos a dirigentes importantes, ordenados por el gobierno israelí, no respetan siquiera las leyes internacionales. Dos ejemplos sólo en 2024: el pasado 31 de julio fue asesinado, en Teherán, el palestino Ismail Haniye (ex primer ministro en Gaza y, en el momento del crimen, negociador de Hamas para una tregua con Israel), y en abril, tres altos mandos iraníes fueron bombardeados y muertos cuando se encontraban en la residencia de su embajador en Damasco, Siria.

Mientras el ejército israelí continúa con los brutales ataques y, en El Cairo, delegaciones de Hamas, Qatar, Estados Unidos y Egipto mantienen conversaciones para un alto el fuego (el viernes estuvo en la capital egipcia la delegación israelí), el presidente Abbas avanza con su campaña para visitar el enclave gazatí. 

El pasado 23 de enero, pidió formalmente al secretario general de la ONU, António Guterres, a través de una carta, que lo acompañe en su viaje y ha iniciado contactos con los países árabes y organismos regionales como la Liga Árabe o la Organización de Cooperación Islámica, la Unión Europea, la Unión Africana, así como con otras potencias para que ayuden “a garantizar el éxito de esta propuesta y asegurar el apoyo y la máxima participación”. 

Según el sitio web Ynet, el más masivo de Israel, una alta fuente del gobierno israelí aseguró que el primer ministro Benjamin Netanyahu no permitirá la entrada de Abbas a Gaza. Aun así, informa el portal, los líderes palestinos continúan con los arreglos y contactos internacional para lograrlo. 

En ese sentido, en un comunicado difundido por la agencia de noticias palestina WAFA, se informa que el representante palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansur, convocó, durante una sesión del Consejo de Seguridad, “a todos los líderes del mundo a que se sumen a la visita a Gaza y vean los horrores que está soportando nuestro pueblo”. Mansur solicitó a los miembros del Consejo que “colaboren y presionen para que Abbas obtenga el acceso a la Franja”.

Paralelamente se conoció la denuncia de un grupo de médicos estadounidenses que trabajaron como voluntarios en Gaza y que aseguraron que los hospitales gazatíes están llenos de menores de edad con heridas de bala en la cabeza y en el pecho. “Israel dispara con intención directamente a la cabeza de los niños palestinos”, dijeron a la agencia turca de noticias Anadolu.

El pasado 19 de agosto, durante las manifestaciones propalestinas que tuvieron lugar en Chicago, en las afueras de la Convención Nacional Demócrata (en la que fue nominada como candidata a la Casa Blanca Kamala Harris), varios médicos que estuvieron en Gaza como voluntarios dieron su testimonio a la prensa.

El doctor Feroze Sidhwa de California quien estuvo en Gaza desde el 25 de marzo hasta el 8 de abril como voluntario, declaró muy conmovido: “Yo vi en vivo el genocidio. Vi cómo las cabezas de los chicos eran destrozadas por balas que pagamos nosotros, los norteamericanos. Y no fue un día o dos, lo vi literalmente todos los días”. Otro colega, el doctor Thomas Abughnaim, de Chicago, que estaba entre los manifestantes denunció: “Entre el 60 y el 70 % de los que llegan al hospital son niños. No queremos ni una sola bomba más en nuestro nombre ni que nuestros dólares de impuestos sean enviados a la Franja.” 

Un capítulo histórico

El anuncio del presidente Abbas se produce en un momento particular de Israel. Es conocido el juicio por corrupción (fraude y aceptación de sobornos, entre otros delitos) contra Netanyahu que se posterga por motivo de la guerra. Ahora la fecha se aplazó hasta el 2 de diciembre de 2024 y los medios especulan con que el premier intentará prolongar el conflicto lo más posible.

También desde la perspectiva económica, Israel está sintiendo los efectos de sus operaciones contra los palestinos. Parte del mundo financiero está presionando para que cambie la situación en Medio Oriente. La multinacional de los seguros Axa, por ejemplo, ha desinvertido aceleradamente en cinco bancos israelíes por la presión internacional en relación a la ocupación ilegal de tierras palestinas. También debido a esto, consultoras como Moody’s han sugerido la posibilidad de bajar las calificaciones crediticias de Israel por segunda vez en el año. 

La presencia de Abbas en tierra gazatí será además un hecho histórico por razones internas. Ese enclave estuvo bajo control militar de Israel hasta 2005, fecha en la que el entonces primer ministro Ariel Sharon puso en marcha el “Plan de retirada unilateral israelí”. Al año siguiente, 2006, hubo elecciones palestinas y triunfó Ismail Haniye de Hamas, un partido chiita religioso que defiende la vía armada (rama palestina de los Hermanos Musulmanes de Egipto). La oposición política Al Fatah no reconoció los resultados. Al Fatah, es un partido laico, fundado por el líder histórico Yasser Arafat. A su muerte, en 2004, asumió Mahmud Abbas, un político muy moderado y con buenas relaciones con Washington.

Desde 2006 hasta la actualidad, la rivalidad entre Hamas y Al Fatah (aunque hubo intentos de reconciliación) fue irremontable. Sin embargo, el pasado 23 de julio, a instancias de China, representantes de ambos sectores de la resistencia palestina firmaron, en Beijing, el compromiso de establecer “un gobierno interino de reconciliación” en la Franja de Gaza después de la guerra.

La iniciativa de Abbas, si logra concretarse, puede cambiar el rumbo de la guerra e iniciar un nuevo capítulo en el hostigado Medio Oriente.