El veto por parte de Estados Unidos marcó la jornada de este martes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y echó por tierra la posibilidad de llevar a cabo la primera intervención por parte del organismo internacional. Su posición significó el rechazo de una propuesta realizada por Brasil, que ostenta la presidencia del organismo -que es rotativa entre los miembros permanentes y no permanentes-, para que se implementaran "pausas humanitarias" para entregar ayuda a la población civil en la Franja de Gaza. El Gobierno brasileño, a través de Itamaraty y de su canciller, lamentaron la decisión estadounidense.
"El fracaso del Consejo a la hora de realizar su primera intervención pública sobre la crisis entre Israel y Gaza se produjo tras el rechazo de un proyecto respaldado por Rusia el lunes por la tarde", informaron en el portal de las Naciones Unidas.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
El texto de Brasil, que había evitado el llamado a un alto el fuego para ganar el apoyo estadounidense, logró 12 sobre 15 apoyos, lo que las autoridades brasileñas entendieron como un "reflejo de un alto grado de preocupación con la situación humanitaria". Aunque la votación en el Consejo requiere la aprobación de, al menos, 9 de sus Estados parte, el veto de un miembro permanente -como es EEUU- lleva automáticamente al rechazo de la iniciativa. Mientras que Rusia y el Reino Unido se abstuvieron en la votación.
El documento de once puntos, objeto de cambios de última hora tras el bombardeo contra un hospital en la Franja de Gaza que dejó centenares de muertos, y del que las partes en conflicto se acusan mutuamente, "enfatizaba" que "los civiles en Israel y el territorio palestino ocupado, incluido Jerusalén Este, deben ser protegidos, de acuerdo a la legislación internacional". Y, a diferencia de la posición diplomática brasileña, condenaba el terrorismo.
Además, se solicitaba la liberación "inmediata e incondicional" de todos los rehenes civiles, instaba a todas las partes a cumplir plenamente sus obligaciones en función del derecho internacional e internacional de los derechos humanos y humanitario. También, instaba a la revocación del pedido de evacuación por parte de Israel en la zona norte de la Franja y solicitaba la creación de un mecanismo de notificación humanitaria para proteger instalaciones de la ONU y locales humanitarios, así como de garantizar la llegada de ayuda humanitaria.
La justificación estadounidense
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, declaró que su país estaba "decepcionado" de que la resolución "no mencione los derechos de autodefensa de Israel", dijo, según replicó la cadena CNN, en base al artículo 51 de la Carta de la ONU.
"Sí, las resoluciones son importantes. Y sí, este Consejo debe hablar", agregó Thomas-Greenfield y destacó que las acciones que se tomen "deben basarse en hechos y respaldar esfuerzos diplomáticos directos que puedan salvar vidas".
La respuesta brasileña y la reacción internacional
"El Gobierno brasileño lamenta que, una vez más, el uso del veto haya impedido que el principal órgano para el mantenimiento de la paz y de la seguridad internacional actuara ante la catastrófica crisis humanitaria provocada por la más reciente escalada de violencia en Israel y Gaza", manifestaron desde la Cancillería brasileña en un comunicado. "El Brasil considera urgente que la comunidad internacional establezca un cese al fuego y retome el proceso de paz", agregaron.
En el comunicado, Brasil también sentó su posición sobre los pasos que se deberían seguir para cerrar el conflicto. Según dijeron, "seguirá buscando acuerdos que alivien la dramática situación humanitaria" y se comprometió a contribuir para "la realización de la solución de dos Estados, un estado Palestino económicamente viable, conviviendo en paz y seguridad con Israel, dentro de las fronteras mutuamente acordadas e internacionalmente reconocidas".
"Lamentablemente no fue posible aprobar la resolución. Quedó clara una división de opiniones, pero creo que, desde nuestro punto de vista, de nuestra presidencia y como gobierno brasileño hicimos todo el esfuerzo posible para que cesen las hostilidades y que se parasen los sacrificios humanos y se pudiese dar algún tipo de asistencia a las poblaciones locales, a los brasileños que están ahí todavía, que expresaron el deseo de volver a Brasil y a otros que no manifestaron ese deseo, porque no pueden", dijo ante la prensa el canciller, Mauro Vieiria, según reportó Folha.
La decisión del veto por parte de Estados Unidos, además, llegó a penas un mes después de que el propio presidente Luiz Inácio Lula da Silva hablara ante sus pares en la Asamblea General de las Naciones Unidas para solicitar cambios en el organismo. Para el mandatario, el Consejo de Seguridad "fue perdiendo progresivamente su credibilidad", dijo y manifestó que "su parálisis es la prueba más elocuente de la necesidad y urgencia de reformarlo, haciéndolo más representativo y eficaz".
Para más, en ese momento, Lula sumó que, a su entender, la fragilidad del Consejo de Seguridad "resulta en particular de las acciones de sus miembros permanentes, que libran guerras no autorizadas en busca de expansión territorial o cambio de régimen", reclamó.
En tanto, el embajador de China ante la ONU, Zhang Jun, expresó su consternación por el fracaso de la iniciativa brasileña, así como por el rechazo a las enmiendas de Rusia: "Por el hecho de que el proyecto de resolución no haya sido adoptado, nuestra reacción es de conmoción y decepción", dijo Zhang ante el mecanismo, informó la agencia de noticias Sputnik.
El veto fue condenado en un comunicado por el embajador de la ONU en Brasil, Sergio Franca Danese, quien consideró que "prevalecieron el silencio y la inacción", y agregó que esperaba que "los esfuerzos de otros actores produzcan resultados positivos", según recogió la agencia de noticias AFP.
También criticó el veto el director de Human Rights Watch para la ONU, Louis Charbonneau, quien manifestó que tuvo lugar "en un momento de carnicería sin precedentes" y que al hacerlo, según reportó Télam, "bloquearon las demandas en las que tan a menudo insisten en otros contextos: que todas las partes cumplan con el derecho internacional humanitario y garanticen que la ayuda humanitaria vital y los servicios esenciales lleguen a las personas necesitadas".
Ante este panorama, es la segunda vez en una semana que la ONU fracasa en su intento por aprobar una resolución sobre el conflicto, luego de que el lunes rechazara una resolución de Rusia que condenaba la escalada de violencia en Medio Oriente, dado que no mencionaba a Hamas por su ataque sorpresa a Israel.
La nueva escalada comenzó el 7 de octubre tras un sorpresivo ataque de Hamas a Israel que dejó al menos 1.400 muertos, a la que el Gobierno israelí respondió con una serie de bombardeos sobre la Franja de Gaza que ya dejan al menos 3.000 muertos palestinos. Además, el movimiento palestino secuestró a al menos 199 personas, según el Ejército israelí, mientras el grupo islamista afirmó que la cifra es de 200 a 250 cautivos.
Desde el 9 de octubre, Israel inició un asedio total contra el enclave palestino, movilizó a 300.000 reservistas, cortó el suministro de agua y electricidad, que derivó en el desabastecimiento de combustible, y dio un ultimátum para que civiles evacúen el norte de Gaza, lo que significa un millón de personas -la mitad de la población que vive en ese lugar-. De acuerdo con la ONU, este traslado podría acarrear consecuencias humanitarias devastadoras.