La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia imputó crímenes de guerra y de lesa humanidad al exjefe del Ejército Mario Montoya Uribe, por el asesinato de al menos 130 civiles, entre ellos 16 niños, acusados falsamente de integrar organizaciones guerrilleras. Las víctimas asesinadas eran presentadas ante los medios de comunicación como guerrilleros, procedimiento que fue bautizado por la prensa como "falsos positivos" y según cálculos de la JEP, al menos, 6.402 personas fueron asesinadas bajo esa práctica entre 2002 y 2008.
La JEP, tribunal surgido del acuerdo de paz de 2016 con la disuelta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), imputó a Montoya porque estableció que, cuando comandaba la IV Brigada del Ejército, presionó a sus subalternos para presentar muertes en combate como único indicador de éxito para obtener incentivos y recompensas, reportó el diario El Espectador. Montoya fue comandante del Ejército desde 2006 y uno de los uniformados más cercanos al entonces presidente, el derechista Álvaro Uribe (2002-2010). En 2008, renunció acosado por el escándalo de las ejecuciones que, según él, se cometieron a sus espaldas. Al mismo tiempo, el expresidente Uribe calificó como "héroe de la patria".
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"Litros de sangre, tanques de sangre, a mí no me importa nada de capturas, a mí me tienen que dar son muertes en combate a como dé lugar", son las palabras que el coronel retirado Gabriel de Jesús Rincón -según citó la BBC en Español- le atribuyó al general retirado Montoya Uribe, comandante de diez unidades del ejército colombiano entre 1991 y 2008 y una de las figuras clave del conflicto armado en el país entre el Estado y la guerrilla de las FARC.
Para la JEP, presentar bajas se convirtió en una "orden recurrente" por parte de Montoya, que ya había sido imputado en 2021 por la fiscalía por 104 homicidios entre 2007 y 2008 bajo el mismo modus operandi: "La presión por resultados se consolidó con el mensaje de presentar 'muertes en combate' como único indicador de éxito para obtener incentivos, recompensas y no ser trasladados o retirados del Ejército", dijo Catalina Díaz, magistrada de la JEP, citada por AFP.
En uno de los casos que registró el tribunal, Montoya habría presentado ante la prensa como guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a dos niñas y tres jóvenes que murieron en una emboscada del Ejército.
De acuerdo con la JEP, que contempla penas alternativas a la prisión para quienes confiesen sus crímenes y reparen a las víctimas, de los "falsos positivos", Montoya se empeñó en calificarlos de rebeldes, "a sabiendas" de que no lo eran. El exjefe del Ejército y otros ocho militares imputados este miércoles tendrán 30 días para reconocer o no los hechos. Luego, la JEP abrirá un espacio para que admitan la verdad públicamente ante los familiares de las víctimas, antes de emitir una sentencia.
La jurisdicción, que también imputó a la cúpula de las FARC por cientos de secuestros, aún no ha dictado su primera condena desde su creación, en 2017.
Con información de Télam