El presidente de Colombia, Gustavo Petro, busca ocupar el lugar que Argentina dejó en la alianza que lideran Brasil, India, China y Sudáfrica (Brics). La intención quedó manifiesta este miércoles, al cabo de la visita de su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien se ocuparon de catalogar como “estratégicas” las relaciones entre ambos países y de hacer énfasis en la integración latinoamericana como una decisión clave para posicionarse ante el mundo desde el Sur Global.
Durante la intensa jornada, Petro y Lula suscribieron siete instrumentos de cooperación bilateral -para la lucha contra el hambre, incentivo del turismo, la agricultura familiar, las TIC, migración y contra trata de personas- y, además, compartieron en la Feria de Empresarios binacional, como en la apertura de la Feria del Libro. Tras ello, emitieron una declaración conjunta en la que quedó explícita la intención de Colombia y hablar sobre la situación en la región, de las elecciones en Venezuela, las relaciones con la Guyana Esequiba, así como sobre Haití.
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“El presidente Petro manifestó el interés de Colombia de adherir al BRICS como miembro pleno lo más pronto posible y el presidente Lula acogió con beneplácito esta iniciativa y se comprometió a promover la candidatura de Colombia”, dice el punto número 35 del comunicado difundido por el Planalto, un pedido que no fue público. Vale destacar, que Colombia, además, es uno de los socios más fuertes de Estados Unidos en la región, con fuertes vínculos políticos a lo largo de su historia y, pese a que Petro es el primer presidente de izquierda del país, esas relaciones aún -con matices- se mantienen.
El grupo no cuenta con una estructura formal, está liderado por los países que conforman la sigla (BRICS) y fue creado en 2010, en una alianza que está al margen de la geopolítica militar tradicional y apuesta a agendas cooperativas sur-sur, cuyo incentivo fue contar con un espacio alternativo al G7 -los países más poderosos del mundo- en donde los países del Sur Global.
Argentina había sido aceptada en agosto pasado, antes de que se definiera en las elecciones que el ultraderechista Javier Milei asumiría la presidencia. Junto con argentina, también pasaron a ser miembros plenos Irán, Etiopía, Egipto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes.
En ese entonces, la invitación fue aceptada en ese entonces por el Gobierno liderado por Alberto Fernández y las celebraciones llegaron, también, por el lado de Brasil, dado que Lula fue un actor clave para la consolidación de ese paso.
De hecho, durante la conferencia en la que se llevó a cabo el anuncio de los nuevos miembros, el brasileño le dedicó un mensaje al presidente argentino: "Dedico un mensaje especial al querido Alberto Fernández, presidente de Argentina y gran amigo de Brasil y del mundo en desarrollo", dijo. "Muchos afirmaron que los Brics serían demasiado diferentes para forjar una visión común. La experiencia, sin embargo, demuestra lo contrario. Nuestra diversidad fortalece la lucha por un nuevo orden que se ajuste a la pluralidad económica, geográfica y política del siglo XXI", destacó el presidente de Brasil.
El ingreso formal estaba previsto para el 1 de enero de 2024, a menos de un mes de que Milei asumiera la presidencia con un fuerte mensaje occidentalista, en contra de Brasil y China -por considerarlos “comunistas”- y en favor de Estados Unidos.
“Quisiera informarle que en esta instancia no se considera oportuna la incorporación de la República Argentina al BRICS como miembro pleno a partir del 1 de enero de 2024”, escribió Milei en la carta que envió a Lula el 22 de diciembre del año pasado para rechazar el convite tras aclarar que “la impronta” en materia de política exterior “difiere” del de Fernández.