El presidente de Colombia, Gustavo Petro, insistió hoy en la necesidad de sacar al campesinado de la hoja de coca, y eso se hace con alternativas económicas y pidió a las fuerzas militares que ataquen con contundencia al narcotráfico.
Petro sostuvo una reunión de alto nivel con los generales de las Fuerzas Militares, oportunidad en la que pidió a los mandos que golpeen sin descanso al negocio ilegal del narcotráfico de estructuras como el ELN, el Clan del Golfo y otras organizaciones.
Reclamó además evitar confusiones en los operativos por el cese del fuego que rige con algunas de esas estructuras, porque ese eventual acuerdo no debe privar a la fuerza pública de seguir desarrollando tareas que ponga en jaque la ilegalidad.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La fuerza pública captura la mercancía, nos ganamos el campesinado Si la estrategia social sirve, la alianza campesinado-fuerza pública es la base de una nación. Todos estos desastres que estamos viendo de las declaraciones de (el exjefe paramilitar Salvatore) Mancuso, todo eso pertenece al mundo del pasado, sostuvo Petro.
Para el mandatario, hay que afrontar el problema del presente, y no repetir el pasado, por lo que una fuerza pública atacando grupos poblacionales no es posible, se pierde la guerra porque los núcleos poblacionales se van con el que tiene el billete.
Aquí hay que establecer una alianza entre el pueblo y las Fuerzas Armadas; tenemos que sacarlos de la hoja de coca y eso se hace con alternativas económicas. Tenemos al ELN negociando, pero no significa que se bajó la guardia contra su economía ilícita; hay que destruírsela, subrayó Petro, según el sitio de la revista Semana.
El jefe de Estado hizo un repaso de las etapas de la violencia que atravesó Colombia, donde desde hace 72 años no ha habido un día en paz y lamentó que las amenazas crezcan como las capas de una cebolla.
Petro evaluó que con el tiempo, la violencia cambia y aseguró que la ideología ya es un tema del pasado, que no existe, y lo que predomina hoy es el poder del dinero y el control territorial.
A modo de ejemplo, advirtió que cuando mueren los combatientes los botan por ahí como si fueran ladrillos, porque no les interesa el ser humano.
Ya no son sus combatientes ideológicos, su compañero, que cayó. Se trata de un insumo que compraron con plata, les pagaron sueldo, se murieron Van al otro día, vuelven con la plata y los reemplazan, dijo.
Petro aludió además a su iniciativa de paz total y explicó que la normatividad colombiana diferencia la negociación política, que es propia de la segunda fase del proceso, que versa sobre el poder del sometimiento de la justicia, que es una negociación jurídica, que se establece entre jueces y delincuentes.
El ELN no está en cese al fuego; no lo quisieron. Hay una guerra en el territorio, sobre todo, de ellos con otros grupos, no con el Estado. El ELN ha variado, no es un grupo insurgente como antaño; está peleando territorio por la economía ilícita, aseguró.
Esta semana, en el acto por los 72 años del Comando General de las Fuerzas Militares, Petro había ordenado una reunión con todos los generales para evitar confusiones en la orden presidencial sobre los blancos que se deben atacar.
En esta nueva fase la confusión de la orden puede llevarnos a fracasos; un mando en un territorio, que sabe que el Estado tiene que entrar al terrario a ofrecer oportunidades a la población pero qué hay unos jueces negociando con el grupo armado ¿Cuál es su actitud?, ¿quedarse quieto?, ¿esperar? Si se queda quieto y espera la economía ilícita próspera, tendrá más fusiles en el territorio; no se puede quedar quieto, explicó entonces el jefe del Palacio de Nariño.
Con información de Télam