El Gobierno de Colombia se reunió con el grupo de combatientes más importante de las llamadas disidencias de la extinta guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Así se conoce a aquellos guerrilleros que no quisieron desmobilizarse y entregar las armas cuando se firmó el acuerdo de paz de 2016. Este nuevo diálogo busca explorar una eventual negociación de paz. Ya había iniciado un proceso similar con el ELN, la otra guerrilla más grande del país.
"En el departamento de Caquetá hemos sostenido una reunión de exploración y acercamiento para valorar la posibilidad de iniciar diálogos en el marco de la paz total", sostuvo el Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Danilo Rueda, en un comunicado emitido anoche. El texto, también firmado por cuatro delegados de la insurgencia, identificados como Calarcá Córdoba, Alonso 45, Ermes Tovar y Erika Castro, fue acompañado de una fotografía en la que se los observa sentados en un establo junto a Rueda.
El representante de la ONU Raúl Rosende y el diplomático noruego Dag Nagoda también figuran en calidad de "observadores internacionales" y aparecen en la imagen, informó la agencia de noticias AFP.
Según el portal local Cambio, la reunión se desarrolló ayer y los rebeldes pertenecen al Frente Primero o Bloque Suroriental, una facción que se desvinculó de las FARC tras el acuerdo de paz firmado hace seis años entre el Estado y el grupo guerrillero. "Las dos partes expresamos la disposición y necesidad de que estos diálogos estén ambientados por un cese al fuego bilateral, cuya ejecución deberá ser verificada", precisaron el Gobierno y los rebeldes en el comunicado.
Además, la nota dijo que las partes acordaron "un protocolo confidencial para garantizar una reunión" de los mandos guerrilleros. Algunos grupos decidieron no formar parte de la negociación que fructificó en los históricos acuerdos de paz firmados en 2016 entre el Estado colombiano y las FARC, que dejaron las armas y se transformaron en un partido político.
Las conversaciones estuvieron congeladas durante años, hasta que en agosto pasado, las disidencias de las FARC ofrecieron iniciar conversaciones de paz con el Gobierno del presidente Gustavo Petro, el primero de izquierda en la historia moderna colombiana.
La oferta fue en respuesta a una propuesta de "paz total" hecha por el ministro del Interior, Alfonso Prada, y descrita como una "política de Estado", que, entre otras cosas, propone eliminar el servicio militar obligatorio para instituir un "servicio social para la paz".
Esta semana, Rueda, principal asesor de Petro en el acercamiento a grupos guerrilleros, anunció que el exnúmero dos de las antiguas FARC, Iván Márquez, líder de otra facción disidente conocida como "Segunda Marquetalia", estaba interesado en participar de los nuevos diálogos. La propuesta contempla un cese al fuego "multilateral" con los distintos grupos que se apartaron del pacto que reintegró a la vida civil a unos 7.000 combatientes de las FARC.
El acuerdo de paz firmado entre le Gobierno y las FARC en 2016 también llevó a explorar la posibilidad de acercamientos similares con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Sin embargo, conversaciones de paz con el ELN colapsaron en 2019, luego que el grupo guerrillero detonara una bomba dentro de una escuela de Policía en Bogotá matando a 32 personas. Las facciones disidentes hoy están enfrentadas entre sí por el control de las rutas del narcotráfico, según estudios independientes.
Otras organizaciones como la guerrilla del ELN y el cartel Clan del Golfo, un poderoso brazo del narco, atendieron el llamado de Petro, sin llegar de momento a un acuerdo para frenar la escalada violenta que vive Colombia.
Con información de Télam