Con la presencia de más de ocho mil personas, autoridades del Gobierno de Colombia y representantes de la disidencia de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) –más conocidas como Estado Mayor Central- instalaron la mesa de diálogos de paz para poner en marcha un histórico cese al fuego bilateral. La medida está prevista por diez meses y se suma al proceso que se lleva adelante con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en el marco de la política de la administración al frente de Gustavo Petro para concretar su plan de la “paz total” en el país que lleva más de 60 años de conflicto armado interno.
Al frente del acto estuvieron el comisionado de paz, Danilo Rueda, y Camilo González Posso, junto con representantes del Estado Mayor Central, la disidencia al mando de Néstor Vera Fernández, más conocido como Iván Mordisco. En 2016, cuando la FARC hoy disuelta firmó los Acuerdos de Paz con el entonces presidente Juan Manuel Santos, ellos, decidieron no sumarse bajo el argumento de que el Gobierno había cambiado a última hora las condiciones de la tregua.
En ese sentido, informó El Tiempo, el funcionamiento de la Mesa de Interlocución y Desarrollo al Acuerdo de Paz será itinerante y funcionará por ciclos en las regiones más afectadas por la guerra.
"Como organización estamos comprometidos a la paz con sentido social, ese es nuestro compromiso en este espacio en el cual estamos comprometidos todos los guerrilleros y guerrilleras", señaló el vocero de la disidencia cuando tomó el micrófono.
“Las partes ratifican su firme compromiso de avanzar hacia la construcción de un acuerdo de paz que ponga fin a la confrontación armada y propenda por el logro de una paz integral, estable y duradera, con justicia social y ambiental, como un propósito supremo que beneficia a las comunidades de todo el territorio nacional”, informaron en un comunicado, al cabo de unas horas previas que estuvieron marcadas por un ambiente tenso y lleno de incertidumbre, dado que partes permanecían reunidas desde la noche anterior y no era claro si avanzarían hacia los diálogos o desistirían de este propósito.
El acto se llevó a cabo en polideportivo de Tibú, Norte Santander, en la zona noreste de Colombia, en donde se desplegó una enorme carpa blanca con sillas para al menos para unos 3.000 asistentes. La tarima cuenta con 23 asientos para los delegados, según reportó el portal El Espectador. Allí, la logística y organización estuvo coordinada este domingo por la Mesa de Interlocución y Desarrollo al Acuerdo de Paz, que es una plataforma de cerca de 20 organizaciones sociales campesinas e indígenas de esta zona del departamento. Además, se encargaron de la seguridad al evento, en coordinación con la fuerza pública cerca de 150 personas que integran la guardia campesina de Asuncat (Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo), junto a la guardia indígena de la comunidad motilón barí y la guardia campesina del Guaviare.