El 4 de septiembre el pueblo de Chile marcará un punto culmine en su historia: por primera vez votará si aprueba o rechaza el texto de una Constitución escrita en democracia. La disputa por el cambio de un Estado subsidiario -establecido en la Carta Magna pinochetista- a uno "social y de derechos", se puso sobre la mesa con la revuelta social de 2019. Desde entonces, la campaña es constante y cada vez más álgida. En las redes sociales, en los medios de comunicación tradicionales y en las calles llaman a elegir uno u otro bando. La escalada es tal que obligó a pronunciarse hasta al reconocido artista portorriqueño Chayanne.
El posteo estuvo subido "por error" a la cuenta presidencial no más de tres minutos. Una eternidad, en los términos de la vida en internet. Chayanne, vestido de traje blanco marfil, lleva una nueva Constitución en la mano y lo acompaña la inscripción "cómo convencer a tu familia de votar apruebo".
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La imagen del artista fue ampliamente usada por quienes militaron a favor del presidente Gabriel Boric, en la contienda contra el candidato ultraderechista José Antonio Kast a fin del año pasado. Hasta ahora nunca había habido pronunciamientos. Sin embargo, esos minutos bastaron para que la productora emitiera un comunicado: "El artista Chayanne nunca se involucra en temas políticos" y "nunca apoya campañas políticas", dijo. La información se viralizó, el posteo se llenó de comentarios cargados de indignación y las ideas para reemplazar al portorriqueño estallaron en las redes con Marco Antonio Solis y Bad Bunny a la cabeza.
Para el mismo momento, el Partido Republicano -con Kast a la cabeza- saltó a la yugular: denunció al Gobierno por "intervencionismo electoral" por declaraciones en favor del "Apruebo” por parte de los ministros secretarios generales de la Presidencia, Camila Vallejo y Giorgio Jackson.
Acusaciones cruzadas, fake news, desmentidas y hasta debates sobre qué pasará el día después marcan el pulso del escenario en el que, podría decirse, juegan tres actores: el Gobierno y los sectores del “Apruebo” y del “Rechazo”. La Convención Constitucional elegida fue paritaria, con escaños especiales para los pueblos indígenas –no reconocidos en la actual Constitución- y trabajó durante un año en la elaboración de 499 artículos propuestos por los mismos legisladores y, también, por la ciudadanía. Estuvieron allí los sectores de la derecha que firmaron el Acuerdo -que durante años se resistieron a implementar cambios constitucionales que abrieran la puerta a nuevos derechos- y que hoy convocan a rechazar la propuesta elaborada.
La campaña fue y es constante desde el mismo momento en el que se dio la apertura a la Convención. Así lo marcó un estudio realizado por la Fundación Interpreta que levantó el medio local El Mostrador: “Entre el 4 de julio de 2021 y el 12 de abril de 2022, se registraron un total de 176.242 menciones utilizando los hashtags a favor del “Apruebo” versus 1.304.022 menciones por el “Rechazo”. Esto quiere decir que el usuario promedio del “Rechazo” tuiteó en promedio 16,3 veces, mientras que el del “Apruebo” lo hizo 4,61 veces, señalaron.
El día del plebiscito, los chiles tendrán una boleta con una sola pregunta -“¿Aprueba usted el texto de Nueva Constitución propuesto por la Convención Constitucional?”- y las respuestas posibles sólo serán dos: “Apruebo” y “Rechazo”. Esto profundizó aún más el escenario político; sin embargo, desde el día en que empezó a crecer el tono del debate público se abrió otra discusión, una por una “tercera vía” propuesta: quienes “rechazan” la nueva Constitución pero quieren “rechazar para reformar”, dicen.
El mismo presidente Boric tomó el guante y se hizo eco, quizá para mostrar una postura susceptible a las críticas. No obstante, esta decisión también despertó dudas sobre las posibilidades reales de que eso sea llevado adelante en caso de que ganara el “Rechazo”. En una entrevista televisiva hace unas semanas se refirió al día después y afirmó que si ganaba el rechazo, el proceso Constitucional seguiría o, incluso, hasta se repetiría.
Boric fue el único dirigente de la izquierda progresista que en su momento firmó el Acuerdo de Paz -incluso en disidencia con su partido, Convergencia Social del Frente Amplio-, durante el Gobierno de Sebastián Piñera. Pero hoy ya en el poder, sostiene que cualquiera de las dos opciones “es legítima”. Con ese eje trabajaron sobre la campaña “hagamos historia” que tiene tres instancias: voto informado, la historia de las constituciones y la importancia de la imparcialidad.
Mientras tanto, los comandos por el "Apruebo" y por el "Rechazo" hicieron sus respectivos despliegues territoriales desde fines de julio. En asambleas, fueron por el puerta a puerta de punta a punta del país y, claro, en las redes sociales. En términos económicos, al menos, se avizora desigual: según datos difundidos el Servicio Electoral del Chile (Servel) a fines de julio, el 98% de los aportes registrados fueron hacia el “Rechazo”.
Los debates se dan en torno a los derechos que se adquirirían o que se le quitarían a la ciudadanía chilena y la propiedad privada, además, de temas como la plurinacionalidad, el lugar de los pueblos originarios o el acceso a la educación sexual integral. El texto se difunde completo a través de internet y se vende en las calles.
Aunque no salió en las noticias, se supo que en Santiago se encontraron copias truchas con el texto cambiado para fomentar la opción por el "Rechazo". También se pueden encontrar ediciones amigables y explicativas, como la edición La nueva Constitución de Chile con peras y manzanas, producida por Plataforma Contexto -un grupo de organizaciones articuladas para informar sobre el proceso constituyente- con el apoyo de la Fundación Ford y Fundación Friedrich Ebert en Chile.
Además, el 5 de agosto comenzó la propaganda televisiva para ambas opciones que cuentan con un espacio de 30 minutos diarios, repartidos en dos tandas de 15 minutos a las 12:45 y 20:45.
"Apruebo"
El Partido Radical, el Liberal, Ambientalistas por el Apruebo de Bio Bio, entre otros, fueron protagonistas de la franja televisiva que se emitió el 7 de agosto pasado en donde abordan distintas temáticas, pero cuyo eje se mantiene en el acceso a derechos como a la salud, la seguridad social y la libertad sindical. También, como para dar cuenta de que no son sólo sectores estereotípicos de la izquierda progresista quienes avalan esta opción, aparece el testimonio de un carabinero retirado que habla de derechos humanos, seguridad, delincuencia, dignidad y derechos humanos.
Los movimientos sociales y feminista también encontraron su lugar en esta franja. La campaña “cuidar es trabajar” hizo énfasis en el reconocimiento de las tareas que son mayormente feminizadas que serán reconocidas por el Estado. “Por un Chile donde exista el derecho a una vivienda digna y adecuada, que permita el libre desarrollo de una vida personal, familiar y comunitaria”, dice el capítulo 4 de estos videos , en los que explican que el derecho a la vivienda estará garantizado en el nuevo texto.
El apartado del nuevo texto constitucional en el que se garantiza la educación sexual integral es uno de los que más molesta a los sectores conservadores y reaccionarios. Así lo mostró la diputada por el Frente Amplio Emilia Schneider en su cuenta de Twitter al publicar un folleto lleno de mentiras. En él se lee “por las mentes indefensas rechazo esta demencia” y se puede ver una imagen en donde se sexualiza a una niña. “La ESI es una herramienta ideológica que tiene fines distintos a la supuesta educación sexual”, dice el texto que acompaña y asegura que se puede producir un "daño irreversible" en quienes reciban ese tipo de educación. Además, habla de manipulación de las y los hijos con fines “perversos”.
"Rechazo"
Esta posición se volvió mixta a lo largo de la campaña ya que no todos los que la apoyan rechazan de plano la idea de un nuevo texto, en donde se planteen nuevos acuerdos políticos, sociales y económicos. Sino que manifiestan no estar de acuerdo con el resultado del actual proceso constituyente.
“No aprobé para esto”, fue uno de los videos más viralizados en junio de este año realizado por la productora Andino Films, de los hermanos Cristóbal y Sebastián Zegers. En la descripción en YouTube indicó que se trata de testimonios de personas que querían una nueva Constitución, “pero que hoy se sienten defraudados”.
A penas unas horas más tarde de su difusión, una de las protagonistas contó en las redes sociales que lo que decía no era verdadero, sino que le habían pagado por hacerlo. "Sí podrían elegir a alguien que piense a favor o los represente. Pero esas órdenes van para más arriba. No sé quién le dijo a quién que llamara a quién para hacer un video de campaña. Solo pasaron dinero y cada uno hizo su parte del trabajo por separado", escribió la actriz Noelia Narváez en sus redes sociales.
En el fragmento televisivo "Amarillos por Chile", el Partido de la Gente, la Fundación Centro de Política Mapuche y la Franja Ciudadana por el Rechazo son algunas de las voces que aparecen. “Una constitución escrita sin odios y sin ideologías”, la idea de que esta nueva Carta Magna crea “chilenos de segunda categoría”, así como un escenario de enfrentamiento.
Un juego de palabras que recuerda a las más de 400 personas que sufrieron traumas oculares por los disparos de los Carabineros en medio del estallido social trae el conjunto por el Desapruebo: “El problema del ojo por ojo” plantean y sostienen que “es un texto hecho desde la revancha”, dicen.
El "plebiscito de salida", como se lo conoce en Chile, concluirá un proceso que comenzó con la revuelta social, que llevó al entonces presidente Sebastián Piñera y a las élites políticas a firmar un “Acuerdo por la Paz”. En las calles, el reclamo era: “No son 30 pesos, son 30 años” de ajustes y de privatización de la vida sostenidos por la Carta Magna que se escribió y aprobó de la mano del dictador Augusto Pinochet.
El resultado fue un referéndum de “entrada” con una mayoría abrumadora que optó por poner en marcha el proceso constitucional, que inició el 4 de julio de 2021. Serán 15.076.623 las y los electores mayores de 18 años que deberán asistir a las urnas el 4 de septiembre en el territorio trasandino, más 97.234 quienes lo harán desde afuera del país. La votación cerrará un ciclo y marcará los pasos a seguir del Gobierno que llegó con la promesa que el ex presidente Salvador Allende hizo entonces de abrir las "grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor".