La Convención Constitucional de Chile terminó su más auspiciosa tarea al hacer este martes las últimas modificaciones a la nueva Carta Magna, que el próximo lunes entregarán al presidente Gabriel Boric. Entre aplausos, abrazos y gritos de alegría de los 154 miembros de la Convención, la presidenta del cuerpo, María Elisa Quinteros, dio por concluidas las sesiones que comenzaron el 4 de julio del año pasado en un encuentro que terminó con algunos cánticos que merecieron reproches y quejas de dos dirigentes políticos opositores de agrupaciones minoritarias.
La sesión de este martes cerró con la última votación sobre el informe de la Comisión de Armonización que realizó mejoras en la redacción del texto final y redujo de 499 a 387 los artículos del proyecto de carta fundamental que reemplazará a la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. "Estamos muy contentos; ha sido un año muy arduo, de mucho trabajo, que se ha expresado en jornadas muy intensas de sesiones. Sin embargo, pese a todos los pronósticos negativos, hemos ido avanzando y llegado en tiempo y forma al cometido que nos fue encomendado", declaró Quinteros, según la agencia AFP.
El lunes, los constituyentes se reunirán por última vez en lo que fue su sede, el viejo Congreso en Santiago, para entregar la propuesta de nueva Constitución al presidente Boric, tras lo cual la Convención quedará disuelta. Boric debe después convocar al plebiscito con voto obligatorio para el 4 de septiembre. Si ganara la opción del rechazo, se mantendrá la actual Carta Magna escrita a puerta cerrada durante la dictadura de Pinochet y reformada en algunos puntos durante los 30 años de democracia. En los últimos días salió una encuesta de Cadem que reveló que la opción de Rechazar una nueva Carta cosecha el 51 por ciento de las adhesiones mientras que la opción del Apruebo alcanzó el 33 por ciento.
La redacción del texto constitucional fue la salida política que encontró Chile para apaciguar las violentas protestas que empezaron el 18 de octubre de 2019 en reclamo de mayor justicia social en un país muy desigual. El proyecto de Constitución consagra un Estado garante en salud, educación, vivienda digna y una pensión, innova al incluir el derecho a la "interrupción voluntaria del embarazo", dispone un nuevo ordenamiento del sistema político y de justicia y establece una nueva forma de distribuir el poder en gobiernos regionales.
La Convención fue la primera en Chile en tener miembros elegidos democráticamente, electos con paridad de género y con 17 escaños reservados para representantes de pueblos indígenas.
Con información de Télam