El presidente de Chile, Gabriel Boric, habló por primera vez ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) e hizo referencia a la situación política en su país tras el plebiscito del 4 de septiembre en el que la mayoría del electorado chileno rechazó la propuesta de nueva Constitución: “Como Gobierno, hemos recogido los resultados del reciente plebiscito con los ojos y el corazón bien abiertos”, sostuvo. Durante su intervención, en tanto, llamó a construir “más democracia” con “más participación”.
Tras una introducción con una lectura general sobre distintas problemáticas que atraviesan al mundo, Boric dedicó gran parte de su discurso a repasar el escenario político chileno de los últimos años, y señaló que ningún país está exento de movilizaciones como las que se produjeron durante el "estallido social" de 2019, del que están a punto de cumplirse los tres años.
El presidente chileno denunció que en esas manifestaciones ocurrieron "graves episodios de violencia" y una "represión descontrolada" por parte de las fuerzas de seguridad, pero subrayó que marcaron el origen de un "intenso proceso político" que se prolonga a día de hoy, ejemplo de un "malestar" y un "hastío" que "dejó perplejos a muchos observadores". De hecho, el plebiscito Constitucional de “salida” fue el resultado de un acuerdo entre las fuerzas políticas -excepto el Partido Comunista- del que él mismo participó con el Gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera, que abrió las puertas al proceso Constitucional que se llevó adelante durante un año.
El rechazo, marcado por más del 60 por ciento del electorado, echó por tierra la posibilidad de dejar atrás la Carta Magna actual, legado del dictador Augusto Pinochet y los Chicago Boys.
Pese al resultado adverso, el mandatario admitió su opción por el “apruebo” y sostuvo que no lo siente como “una derrota”. “Estoy convencido de que, en el corto plazo, Chile tendrá una Constitución que nos satisfaga y nos enorgullezca. Una construida en democracia que recoja los aportes de toda la sociedad que sea capaz de reflejar los anhelos de justicia y libertad”, manifestó Boric.
El mandatario chileno instó a otros Gobiernos a "anticiparse" a este descontento, a buscar "una mayor justicia social" en sus propios países. Ahora es momento de buscar "nuevas fórmulas" para construir un nuevo "lugar de encuentro", en una invitación a otras fuerzas políticas y representantes de la sociedad civil.
Para cerrar el repaso por la coyuntura de su país, instó al resto de sus pares a enfrentar los problemas “con más democracia”: “Puedo decirles con mucha convicción que el camino para enfrentar los problemas que aquejan a nuestras sociedades se pavimentan con más democracia y no con menos. Incentivando a la participación y no restringiendo, fomentando el diálogo y, sobre todo, incorporando al que piensa distinto entendiendo que tener opiniones diversas no nos vuelve enemigos”.
También aprovechó su alocución para abordar otros grandes temas de la actualidad internacional, desde la emergencia climática a la "injusta guerra" desatada en Ucrania. Boric dijo que el conflicto es una causa de desestabilización a nivel global, como también lo serían la "guerra comercial" entre Estados Unidos y Rusia o la pandemia de Covid-19.
En relación a América Latina, Boric aludió a la "presión tremenda" que supone el flujo migratorio derivado de Venezuela, escenario de una "prolongada crisis política", y reclamó la liberación de los "presos políticos" en Nicaragua.
El mandatario se vio envuelto en estos últimos días en una crisis diplomática con Israel tras rechazar recibir al embajador como gesto de crítica política por la muerte de un palestino en Cisjordania. En ese marco, desde la ONU, llamó a "no naturalizar las permanentes violaciones de los Derechos Humanos contra el pueblo palestino", aunque también reivindicó el "legítimo derecho de Israel a vivir dentro de fronteras seguras" y "pavimentar con más democracia y no con menos" el camino "para enfrentar los problemas" de las sociedades actuales.
Con información de Télam.