Los mandatarios y representantes de los 33 estados de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) debatieron durante toda la jornada de este martes a puertas cerradas en la VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado. Los presos políticos en la región, la "ideologización" del encuentro, la defensa de las democracias y la crisis en Perú fueron algunos de los temas centrales y más calientes.
La defensa de las democracias fue una de las consignas más repetidas este martes. Desde el discurso de apertura de Alberto Fernández cuando pidió protegerla de la "derecha fascista" hasta su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien calificó a América Latina y el Caribe como "una región pacífica, que repudia el extremismo, el terrorismo y la violencia política". Incluso el mexicano Andrés Manuel López Obrador envió un video en el que celebró: "Estamos a favor de todos los gobiernos de América Latina y el Caribe, de las políticas que se está siguiendo de una auténtica democracia, en contra de los golpes de Estado, tanto militares como mediáticos, o legales entre comillas."
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El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, también centró su discurso en la cuestión de la defensa de la democracia pero con un mensaje muy distinto. “Hay países acá que no respetan la democracia”, sentenció y, en los diez minutos que habló, cuestionó la “ideologización” del encuentro y del mecanismo que socios de la alianza como Brasil y Argentina insistieron en relanzar: “No puede haber aquí un club de amigos ideológicos. En la variedad estará la fuerza de esta organización (…). Mal hacemos en ponerle un tinte ideológico a la Celac. Cuidado con la tentación ideológica en los foros internacionales”, dijo.
Lacalle Pou condenó la apelación a la democracia, las instituciones y los derechos humanos que los miembros de la Celac planean incluir en el documento final. “Hay países acá que no respetan la democracia, los derechos humanos ni las instituciones. No tengamos una visión hemipléjica según afinidad ideológica”, cerró.
Aunque no hizo alusión a nadie en particular, es conocida su postura respecto a la situación en Venezuela. De hecho, aunque recientemente nombró a un embajador, se ocupó de aclarar que considera al Gobierno de Nicolás Maduro "una dictadura".
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El mandatario venezolano no estuvo presencialmente en Argentina y a cambio envió a su canciller, Yban Gil. A último momento canceló su vuelo y el Ministerio de Comunicaciones denunció un "plan de la derecha neofascista" que marcharía el encuentro. A pesar de eso, mandó un mensaje que publicó en sus redes sociales. Allí, marcó el contrapunto: "Venezuela está presente, somos un Estado fundador de la Celac, que hoy tiene más de una década". En su discurso llamó a la "unión en la diversidad respetando las características específicas de los modelos políticos, económicos y sociales de cada país".
Además de hacer eje en la integración latinoamericana y caribeña pidió "rechazar todo tipo de intervencionismo de fuerzas o potencias fuera de nuestra región: el mayor de los intervencionismos, intentar desestabilizar nuestras sociedades, del asalto al poder, amenazar a los países con intervenciones militares", dijo en sus más de 15 minutos de presentación.
El eje sobre la democracia también estuvo en boca del presidente chileno, Gabriel Boric. En un tono un poco más medido que su par uruguayo, habló de los valores de la "libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de celebrar elecciones periódicas y genuinas", marcó. Su movimiento, en este caso, fue propositivo y en el sentido de sumarse al apoyo al diálogo que el Gobierno y un amplio sector de la oposición mantienen desde fines del 2022 para poder lograr la convivencia política entre los distintos sectores. De hecho, desde que comenzó el proceso de negociación, en México, la oposición venezolana comenzó cambió de estrategia y hasta llegó sacar a Juan Guaidó de la presidencia paralela, que ejercía desde 2019.
"Necesitamos ver a Venezuela de regreso en los foros multilaterales, manifestamos nuestro apoyo a una tradición pacífica, democrática y decidida por el pueblo de Venezuela, a la crisis política y humanitaria que golpea al país, y expresamos nuestra voluntad para colaborar en el diálogo entre los distintos sectores políticos del país, para encontrar una salida que permita la realización de elecciones libres, justas y transparentes, con supervisión internacional, el año 2024", expresó Boric.
El mandatario chileno, también se animó a abordar la situación en Nicaragua, en donde la presidencia de Daniel Ortega es cada vez más cuestionada. En esa línea, enfatizó sobre "el deber" que le asiste al país centroamericano de "avanzar hacia la libertad de los presos políticos (opositores que aún se encuentren detenidos en condiciones indignas). Porque sólo con la libertad y la dignidad se fortalece la democracia y el bienestar de nuestros pueblos", indicó.
Boric sobre Perú: "Nos debiera escandalizar"
El punto más picante (y esperado), tal vez fue, la mención a Perú. "No podemos ser indiferentes cuando hoy día en nuestra hermana República del Perú, con el Gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar lo que consideran justo, terminan baleadas por quien debiera defenderlas. Más de 50 personas han perdido la vida y eso nos debiera escandalizar", dijo.
En el país andino hay marchas desde el 7 de diciembre en contra de la gestión de Boluarte, a quien le exigen su renuncia, el llamado a elecciones anticipadas y el cierre del Congreso, luego de la destitución del expresidente Pedro Castillo. Desde entonces, hubo dos masacres en Ayacucho y Puno, en donde murieron casi 30 personas en el marco de la represión y, el fin de semana, la Policía intervino con tanques militares en la Universidad Mayor de San Marcos, la más histórica de Lima. Ahí, Boric, fue contundente: "Es inaceptable", dijo y comparó los hechos con "las tristes escenas de los tiempos de las dictaduras del Cono Sur".
"Frente a estos atropellos, reitero la voluntad de Chile a contribuir en todos los espacios multilaterales para acompañar un diálogo inclusivo, capaz de construir gobernabilidad democrática y asegurar el respeto a los derechos humanos", sumó el presidente chileno, y señaló la "imperiosa necesidad de un cambio de rumbo en el Perú, porque el saldo que ha dejado el camino de la represión y la violencia es inaceptable para quienes defendemos, y no me cabe ninguna duda que acá en CELAC esa voluntad es abrumadoramente mayoritaria, la democracia y los derechos humanos", reiteró.