Desde el 30 de noviembre hasta el 12 de diciembre, en Dubai se realiza la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, más conocida como cumbre climática o COP28. Como novedad, en el inicio se aprobó la puesta en marcha del Fondo para Daños y Pérdidas destinado a compensar a los países que son vulnerables al cambio climático. El Fondo es alimentado por los países desarrollados y ya se han conocido algunas cifras que aportarán las naciones. Sin embargo, la que llamó más la atención fue la de Estados Unidos, una de las principales naciones emisoras de los gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global, que aportará solo 17,5 millones de dólares.
La cifra llama la atención sobre todo si se pone sobre la mesa lo que prometieron los demás países desarrollados. Emiratos Árabes Unidos destinará al Fondo 100 millones de dólares al igual que Alemania, el Reino Unido 60 millones de libras (lo que equivale a casi 76 millones de dólares), Japón otros 10 millones y se espera que la Unión Europea aporte en total 225 millones de euros (es decir, cerca de 246 millones de dólares). El dinero estará ubicado temporalmente en el Banco Mundial y se espera que el lanzamiento del Fondo sea en 2024.
Lo de Estados Unidos no sorprende. Ya en 2020, el país con Donald Trump como presidente había abandonado el Acuerdo de París (2015) firmado por 195 naciones con el fin de afrontar el cambio climático. Más allá de las diferencias al interior, los republicanos y demócratas comparten una misma política ambiental: no colaborar demasiado con el resto del mundo.
El Fondo de Daños y Pérdidas se trata de un reclamo de larga data. La concentración atmosférica de los gases de efecto invernadero es la principal causa del calentamiento global y su emisión es responsabilidad de los principales países desarrollados. No obstante, el planeta es el mismo para todas las naciones y el impacto es mayor para los Estados más vulnerables. Así, sufren de manera cada vez más frecuente fenómenos meteorológicos como sequías, inundaciones y la subida del nivel del mar. Recién a finales de la COP27 realizada el año pasado en Egipto, los países desarrollados reconocieron la importancia de crear el Fondo para Daños y Pérdidas.
Esta cumbre climática y la firma del Fondo se da también en el marco del Acuerdo de París que plantea, entre otras cosas, que la temperatura global no debe superar los 1,5° C con respecto a la era preindustrial. Además, expone que la transición hacia una energía renovable y que prescinda de los combustibles fósiles (como el gas, petróleo y carbón que emiten gases de efecto invernadero) debe ser una responsabilidad de los países desarrollados.
Al iniciar la COP28, Antonio Guterres, secretario General de las Naciones Unidas, expresó: “El límite de 1,5 grados sólo es posible si finalmente dejamos de quemar todos los combustibles fósiles. No reducir. Eliminarlos progresivamente, con un calendario claro alineado con los 1,5 grados”. También, instó a los países a acelerar sus calendarios de cero emisiones netas para que los desarrollados lleguen cerca de 2040 y las economías emergentes en 2050.
Con información de la Agencia de Noticias Científicas