Bajo el lema "Somos Solución", se celebrará desde el jueves hasta el 12 de diciembre, la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) que tendrá sede este año en Dubái, erigiéndose como un espacio fundamental para el encuentro, discusión y análisis de los temas cruciales en torno a la acción climática en la región y el mundo.
El evento estará abierto a las delegaciones de América Latina y el Caribe, así como a medios de comunicación, ONGs, líderes comunitarios, comunidades indígenas, pueblos afrodescendientes y la sociedad civil en general, con especial énfasis en las juventudes. Se espera la asistencia de más de 70.000 personas, convirtiéndose en una oportunidad clave para abordar las problemáticas ambientales desde diversas perspectivas y buscar soluciones conjuntas.
¿Cómo se llega a la cumbre?
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Las Conferencias de las Partes han permitido a lo largo de los años, consensuar diferentes acuerdos internacionales de gran peso en materia ambiental, logrando la adhesión de numerosos países de todo el mundo. Podemos mencionar por ejemplo el protocolo de Kyoto que entró en vigor en el 2005. Ratificado por los 33 países de América Latina y el Caribe, el Protocolo establece metas vinculantes de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para los países industrializados, reconociendo que son los principales responsables de los elevados niveles de emisiones que hay actualmente en la atmósfera, sentando las bases para el resto de los acuerdos internacionales sobre cambio climático que vendrían a futuro.
En cuanto al Pacto Verde, aprobado en 2019, es un conjunto de iniciativas políticas de la Comisión Europea que tienen el objetivo de que para 2050, ésta logre ser “climáticamente neutral”, para lo que entre otras cosas, los países miembro, se han propuesto ser un emisor cero neto de gases de efecto invernadero para 2050 y demostrar que las economías se desarrollarán sin aumentar el uso de recursos. Además en enero de 2023, la Comisión Europea presentó el Plan Industrial del Pacto Verde. El plan, presentado por Úrsula von der Leyen durante el Foro Económico Mundial, consta de cuatro pilares: «el entorno normativo, el financiamiento, las competencias y el comercio».
Se suma a la lista el reconocido Acuerdo de París, adoptado por 196 Partes en la COP21 en París, entrando en vigor a finales del año 2016. Este tratado internacional compromete a los países firmantes a realizar esfuerzos para limitar la temperatura global a 1,5°C, o al menos 2°C respecto del período preindustrial, donde los efectos del cambio climático pasarían límites irreversibles.
Este año la COP28 busca realizar un balance del progreso establecido por el Acuerdo de París y trazar líneas de acción más rigurosas para reducir las emisiones de GEI a nivel mundial. Las alarmas se encienden al ver que cada vez estamos más alejados de mantener la temperatura global dentro de los límites establecidos por dicho Acuerdo.
El liderazgo global de Lula. La voz de la región
En su gira por Europa y medio oriente la delegación que acompaña al presidente de Brasil, Inacio Lula Da Silva hizo tres escalas antes de llegar a los Emiratos Árabes Unidos, para discutir temas de interés para el país y reunirse con empresarios en busca de inversiones en Arabia Saudita, Qatar y Alemania.
El lulismo convirtió la lucha contra la deforestación en una pieza central de su política ambiental, enfrentando el despliegue de una red de grupos corporativos con sus estructuras paramilitares que actúan con total impunidad en la selva brasileña, principales responsables de la tala indiscriminada de árboles, innumerables incendios forestales y de la persecucion y asesinato de defensores ambientales, a fin de garantizar el avance del agronegocio, tráfico de troncos y la mineria ilegal.
El mandatario, gracias al impulso de numerosas acciones estratégicas, viene recuperando el liderazgo supranacional en la arquitectura geopolítica global, llevará a la COP28 un programa de recuperación de áreas cultivables deterioradas e improductivas, lo que le permitirá expandir, sin deforestar, el área agrícola de Brasil de 65 millones de hectáreas actuales a 105 millones. Además, mostrará sus progresos en materia de deforestación del Amazonas, cifra que cayó un 22% en los doce meses hasta julio de este año, según cifras oficiales.
Tan claro es su rol en el tablero y los asuntos mundiales que un grupo de 22 organizaciones de la sociedad civil de Latinoamérica y el Caribe le expresaron, a través de una carta abierta, sus preocupaciones frente a la crisis climática. En la misiva política, actores regionales como el Instituto Talanoa, Argentina 1.5°C, POLEN Transiciones Justas Colombia, La Ruta del Clima, Chile Sustentable, Observatório do Clima (OC), Associação Alternativa Terrazul, Instituto de Estudos Socieconômicos (INESC), Instituto de Pesquisa e Formação Indígena (Iepé), Revolusolar, Iniciativa Climática de México (ICM) y Transforma de Colombia, entre otros, instaron al mandatario brasileño a que utilice la presidencia del G20 para incidir en soluciones concretas y plausibles para la región.
El gobierno colombiano sostiene también un firme posicionamiento en torno a la crisis ambiental. El presidente Gustavo Petro, desde los inicios de su campaña y ya en posición de gobierno denuncia que no es posible la transición energética sin considerar las responsabilidades corporativas y fundamentalmente de los países con mayor desarrollo industrial, por sobre el resto. Recientemente afirmó en su cuenta de X: “Propondremos a los líderes del mundo el canje de deuda por acción climática y la necesidad de establecer un sistema de alerta temprana para enfrentar la crisis climática”.
Así, en víspera de la COP28, la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, realizó declaraciones en una conferencia de prensa llevada a cabo en la mañana del miércoles 29 de noviembre donde informó las propuestas que llevará su país a Dubai. Una de ellas será firmar un tratado de no proliferación de combustibles fósiles que incluya “un plan económico serio”, que busque eliminar progresivamente su uso a nivel mundial. Además la delegación colombiana buscará fomentar la creación y activación efectiva de un fondo para pérdidas y daños e impulsar la creación de un tratado para salvar la capa de ozono.
Nada de improvisación al respecto, un punto clave en la coordinación regional tuvo lugar en la ciudad brasileña de Belém do Pará el 8 y 9 de agosto de este año durante la Cumbre de Presidentes Amazónicos. Las y los mandatarios de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela y San Vicente y las Granadinas, se reunieron para «rescatar» los principios contenidos del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) de 1978. Allí Lula enfatizó en la necesidad de reformar el OTCA, afirmando que “nuestras sociedades no han sabido encontrar un equilibrio entre el desarrollo y la sustentabilidad; irrespetando así los derechos de los pueblos, los bosques y las aguas’’. Un mes antes, 8 de julio, el mandatario del gigante del sur había viajado a la ciudad colombiana de Leticia, al sur del país para reunirse con su homólogo Gustavo Petro, donde avanzaron en la coordinación de acciones de cara a la Cumbre.
El norte global y sus intereses en el cambio climático: la transición energética
A pesar de no ser habitual que el presidente de Estados Unidos concurriese a las citas climáticas de la ONU Joe Biden asistió en 2021 a la COP26 en Glasgow, e hizo una breve aparición el año pasado en la COP27 de Sharm el-Sheij, en Egipto.
En esta oportunidad días previos al comienzo de la cumbre se conoció que el líder demócrata no asistiría a la COP 28, aunque se confirmó que John Kerry, enviado climático de Estados Unidos, exsecretario de Estado y senador, dirigirá el día a día de las negociaciones por parte del país norteamericano.El demócrata presentará la primera estrategia global para la comercialización de la energía de fusión nuclear, un proceso inverso a la fisión que se produce en las centrales atómicas convencionales. Aunque sigue estando en una fase experimental, la fusión nuclear aspira a convertirse en uno de los pilares fundamentales en la lucha contra el cambio climático. En tal sentido Kerry considera que la energía de fusión es ya “una realidad” que podría representar una “solución emergente” ante el desafío climático.
Por su parte, la Unión Europea (UE) pedirá en Dubai la transición hacia una economía "climáticamente neutra" antes de 2050. Los 27 países que integran la UE buscan triplicar la capacidad de las energías renovables para 2030 y el cese de los subsidios a los combustibles fósiles. Los Estados europeos quieren impulsar un acuerdo, el primero en el mundo, para la «eliminación progresiva» a nivel mundial de los combustibles fósiles. Con una única condición: piden el fin de aquellos que no hayan pasado por procesos de captura de CO2 o similar. Así, los países podrán seguir usando fuentes de energía convencionales como es el carbón, gas y petróleo si utilizan tecnología para capturar las emisiones resultantes.
En un mundo que atraviesa saltos de escala tecnológicos sin precedentes, la energía fósil continúa siendo útil y necesaria, pero desarrollar al máximo la explotación y controlar la propiedad de otras fuentes de energías, es sin duda, objeto de principal interés de la red de corporaciones y fondos financieros que dirigen la producción global.
El controversial presidente de la Cumbre
El presidente de la Cumbre del Clima COP28 y líder de la petrolera estatal emiratí ADNOC, Sultán al Yaber, encabezará el evento, teñido de controversia debido a su relación con la industria petrolera y por haber convocado a las principales compañías del sector de hidrocarburos para colaborar en la búsqueda de soluciones contra el cambio climático.
La conexión de al Yaber con la industria de los combustibles fósiles provocó que alrededor de 450 organizaciones de la sociedad civil solicitaran en enero su destitución como líder de la conferencia climática al secretario general de la ONU, António Guterres. Al mismo tiempo, Amnistía Internacional calificó la ocupación simultánea de ambos roles (como líder en el ámbito petrolero y referente climático) como "incompatibles"..
A la creciente polémica se suma un informe presentado por el portal de noticias británico BBC donde revela que los Emiratos Árabes Unidos (EAU) emplearon su rol como anfitriones de la COP28 para buscar acuerdos petroleros y gasísticos con 15 países mientras se tratan temas propios de la agenda climática.
La COP28 y la participación de las juventudes
A lo largo de las COP los jóvenes de alrededor del mundo se han reunido para poner sobre la mesa diferentes problemáticas, en especial de los países más afectados frente al cambio climático.
La COP28 tiene como objetivo ser lo más accesible posible a los jóvenes para que se involucren más con respecto a las políticas ambientales, poniendo en tensión el Fondo de daños y pérdidas, la renovación de la contribución determinada a nivel nacional, entre otros ejes de debate y trabajo.
El activismo climático de miles y miles de jóvenes organizados a lo largo y ancho del mundo devino en la realización durante todo el año, de múltiples eventos donde se discutieron políticas climáticas a fin de llegar a la COP28 con un programa claro y hacer escuchar las demandas, aportando sus propuestas.
La voracidad de quienes controlan el sistema productivo nos ha traído hasta este punto. Gobiernos progresistas y populares y organizaciones de la sociedad civil resultan ser actores centrales en defensa de la vida natural y social, procurando subordinar la acumulación económica de la élite global a la posibilidad de un futuro sostenible para las próximas generaciones. La COP28 podrá convertirse en escenario de disputa real de intereses, o ser un nuevo capítulo de una saga que parece no cambiar nada, mientras todo cambia.