Desde el inicio de la masiva ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, hace más de cuatro meses, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva fue claro en su condena a la respuesta que ha calificado como "desproporcionada" frente al ataque del movimiento extremista palestino Hamas del 7 de octubre pasado. Pero esta semana, el líder sudamericano escaló sus críticas y comparó la matanza actual de palestinos con el Holocausto judío cometido por la Alemania nazi. La reacción tanto del Gobierno de Benjamin Netanyahu como de organizaciones y representantes de las colectividades judías alrededor del mundo fue inmediata. No solo lo declararon persona non grata en Israel, sino que el bolsonarismo lo aprovechó dentro de Brasil para intentar impulsar un juicio político al mandatario, cuya gestión sigue acumulando números económicos y sociales positivos.
La crisis diplomática golpeó de lleno en las últimas horas a la relación bilateral entre Brasil e Israel, que ha sido históricamente muy buena, tanto durante los gobiernos petitstas como con Jair Bolsonaro. Tras la designación de Lula como persona non grata en Israel, el Gobierno brasileño llamó en consultas a su embajador en Tel Aviv, Frederico Meyer, quien volará recién este martes, según el portal de noticias G1. En paralelo, la Cancillería brasileña convocó al embajador israelí en Brasilia, Daniel Zonshine, a una reunión en el Palacio Itamaraty, luego que el bolsonarismo invitara al diplomático extranjero a sumarse a la movilización que llamó el ex presidente Bolsonaro para el próximo domingo ante lo que muchos consideran podría ser una inminente detención por su rol en el intento de golpe de Estado para evitar la asunción de Lula, el 1 de enero de 2022.
Una escalada diplomática frente a una escalada militar
Desde Adís Abeba, la capital de Etiopía, donde participó de una cumbre de la Unión Africana, Lula dio un fulminante discurso este fin de semana para condenar la campaña sistemática de bombardeos y combates con que Israel contestó al ataque de Hamas, que mató a 1.200 israelíes y dejó más de 200 secuestrados, la mitad ya liberados en intercambios de prisioneros. "Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza no es una guerra, es un genocidio. Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza con el pueblo palestino no ha ocurrido en ningún otro momento de la historia. En realidad, ha ocurrido: cuando Hitler decidió matar a los judíos", aseguró Lula, mientras los ataques continuaban. Este lunes, según las cifras difundidas por el Gobierno de la Franja, los muertos ya superan los 29.000 y los heridos, los 69.000. Además, el 85% de la población palestina de ese pequeño y asediado territorio ya tuvieron que abandonar su casa y se refugiaron, principalmente en el Sur, donde ahora las fuerzas israelíes amenazan con concentrar sus ataques.
Inmediatamente después, el premier Netanyahu cruzó al brasileño: lo acusó de “trivializar el Holocausto” y “cruzar una línea roja”. También lo acusó de ser un “antisemita virulento”. Este lunes, el Gobierno israelí continúo con su repudio: "No olvidaremos ni perdonaremos. Es un grave ataque antisemita. En mi nombre y en el nombre de los ciudadanos de Israel, dígale al presidente Lula que es 'persona non grata' en Israel hasta que lo retire", sentenció el canciller Israel Katz en una reunión con el embajador de Brasil, según un comunicado oficial, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Desde Argentina, el Museo del Holocausto de Buenos Aires se sumó a las críticas y expresó este jueves su "rechazo" y "consternación" por las declaraciones de Lula. "La equiparación de Israel con los verdugos del pueblo judío no sólo es inmoral, sino que legitima discursos antisemitas que se han despertado desde el brutal ataque del Hamas", sostuvo en un comunicado, citado por la agencia Télam.
En Brasil, el bolsonarismo recogió rápidamente el guante y lo utilizó para llevar agua a su molino, en momentos en que el ex presidente de extrema derecha teme que la investigación de la corte suprema por intento de golpe de Estado termine con su detención. Diferentes funcionarios y dirigentes manipularon las declaraciones de Lula y directamente lo acusaron de apoyar a Hamas, algo que el mandatario no hizo.
El juez de la corte suprema André Mendonça, pastor presbiteriano que fue ministro de Justicia de Bolsonaro, por ejemplo denunció que el Gobierno brasileño "apoya el terrorismo". La diputada Carla Zambelli, en tanto, informó que un grupo de más de 40 legisladores presentará un pedido de juicio político contra Lula bajo el argumento de “cometer un acto de hostilidad contra una nación extranjera, exponiendo a la República al peligro de guerra o comprometiendo su neutralidad”.
La discusión de fondo que el mundo sigue esquivando
Lula no volvió a hablar del tema, pero sí lo hizo su principal asesor de política internacional y su ex canciller, Celso Amorim. Calificó la designación de persona non grata en Israel como una "declaración absurda", según le dijo a Télam, y destacó que la posición política de Brasil sobre el conflicto israelí-palestino sigue siendo la misma: apoyo a una solución de dos Estados. Esta posición que apoya desde Estados Unidos hasta China, aunque es mayoritaria en la comunidad internacional, fue rechazada de manera tajante por un ministro israelí esta semana.
El ministro de Energía, Eli Cohen, fue entrevistado por la Radio del Ejército en las últimas horas y afirmó que ningún acuerdo de reconocimiento con los países vecinos, como puede ser Arabia Saudita, es tan importante como para reconocer a un Estado palestino. "Si el precio de expandir los acuerdos de paz es un Estado palestino, entonces renuncio a los acuerdos de paz", sentenció según el portal de noticias The Times of Israel.
Mientras el Gobierno israelí y varias colectividades judías alrededor del mundo se concentraron solo en la comparación con el genocidio cometido por el nazismo, Lula también habló del corazón y futuro del conflicto y de la displicencia con que el mundo sigue las sistemáticas escaladas de violencia entre israelíes y palestinos. "La solución a esta crisis sólo será duradera si avanzamos rápidamente hacia la creación de un Estado palestino libre y soberano", subrayó el sábado y continuó: "Un Estado Palestino que sea reconocido como miembro de Estados Unidas. De una ONU fortalecida y con un Consejo de Seguridad más representativo, sin países con poder de veto y con miembros permanentes de África y América Latina". Además, advirtió: "No habrá solución militar a este conflicto. Ha llegado el momento de la política y la diplomacia."
"Cuando veo que el mundo rico anuncia que interrumpirá sus contribuciones a la ayuda humanitaria para los palestinos, me imagino lo grande que es la conciencia política de esta gente y lo grande que es el espíritu de solidaridad en sus corazones", denunció Lula sobre la decisión de Estados Unidos y sus aliados de suspender la ayuda de la agencia de la ONU Unrwa por denuncias israelíes, sin presentar ninguna prueba en público. Por eso, le pidió a sus pares en el mundo: "Necesitamos dejar de ser pequeños cuando necesitamos ser grandes."