El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, realizará su cuarta visita oficial al extranjero a fin de año y el destino será nada menos que China. Aún no se conoce cuál será su agenda entre el 26 y el 31 de marzo, pero el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, informó este miércoles que habrá una reunión bilateral con su par chino, Xi Jinping.
China es desde 2009 el principal socio comercial de Brasil y ambos países comparten el grupo Brics junto con otras tres potencias regionales: Rusia, India y Sudáfrica. Argentina también pidió ingresar. Uno de los temas que sin dudas será parte de la agenda de Lula será su propuesta de que la ex mandataria Dilma Rousseff sea la nueva directora del Nuevo Banco de Desarrollo (New Development Bank), el banco de fomento de los Brics, con sede en Shanghai, en reemplazo del también brasileño Marcos Prado Troyjo, nominado por el ahora ex mandatario Jair Bolsonaro.
Desde que Lula asumió la Presidencia el 1 de enero, hizo tres viajes al exterior: primero a Argentina, luego al vecino Uruguay y, finalmente, a Estados Unidos. Si bien la agenda no será divulgada hasta el viernes, fuentes gubernamentales indicaron que la reunión bilateral con Xi será el 28 de marzo.
El mandatario brasileño ya había anticipado que discutirá con Xi la posibilidad de impulsar un esfuerzo internacional destinado a lograr un alto al fuego en la guerra entre Rusia y Ucrania. Otro tema que podría colarse en la agenda del viaje es la suspensión de las exportaciones de carne vacuna de Brasil a China, luego que se registrara un caso de vaca loca en febrero en un rebaño del Estado amazónico de Pará. China compra entre el 40% y 50% de la carne que se produce en Brasil y, hace unas semanas, la expectativa era que se levantara la medida y se retomara el comercio antes o durante el viaje de Lula.
Fuentes gubernamentales en Brasilia adelantaron a la agencia Télam, que Lula dividirá los tres días completos entre Beijing, la capital, y Shangai, el corazón económico de la potencia asiática. Uno de los focos, dijeron, será la búsqueda de inversiones para diversificar el comercio bilateral, dominado por la exportación de commodities como soja, mineral de hierro y carnes procesadas. Por eso, se estima que tanto la delegación política y como la empresaria será mayor que durante el viaje de un día de trabajo a Washington el mes pasado, cuando Lula se reunió con su par Joe Biden en la Casa Blanca.
En el plano político, además, el brasileño intentará relanzar la relación que se vio muy debilitada durante la gestión de Bolsonaro, especialmente debido a la críticas y difusión de fake news contra Beijing de parte de los propios funcionarios del militar retirado. Desde que asumió Lula, el Ejecutivo brasileño no solo abandonó estos ataques, sino que hizo gestos para buscar un nuevo acercamiento. El último, esta semana. Este martes, la cancillería felicitó al Gobierno chino por haber mediado en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de las dos principales potencias del mundo islámico en Medio Oriente, Arabia Saudita e Irán.
Con información de Télam