A menos de seis meses de las elecciones, el ex presidente y favorito de todos los sondeos, Luiz Inácio Lula da Silva, alimentó los rumores sobre una posible fórmula con el ex gobernador paulista y dirigente de la socialdemocracia Geraldo Alckmin y dejó claro que está dispuesto a seguir ampliando su coalición aliada en esta campaña, incluso con aquellos legisladores que votaron a favor del juicio político a su sucesora, Dilma Rousseff, en 2016.
"Si tengo que conversar con el que votó por el impeachment de Dilma, conversaré. Yo tengo que pensar el país del futuro, no en el país de 2014, de 2015, de 2016. Deberá ser construido un país con nuevas actitudes", afirmó Lula a Radio B, de la ciudad de Curitiba, consciente que no será suficiente con ganar la Presidencia el 2 de octubre próximo, sino que además deberá construirse una mayoría en el Congreso federal.
"Si no converso con quien votó por el impeachment de Dilma no converso con nadie, porque lo ha votado el 90% de la clase política. El Congreso no es el que yo quiero, es el que eligió la sociedad y cada parlamentario representa a un sector de la sociedad", agregó.
Pese a que el ex mandatario está adelante con una gran diferencia en los sondeos, aún no presentó formalmente su candidatura, aunque no ha parado de coquetear con esa figura desde que recuperó sus derechos electorales cuando la corte suprema anuló todas sus condenas por corrupción por considerar que no había sido investigado y juzgado de manera imparcial.
Pero como todos ya dan por descontado su candidatura presidencial en Brasil, la discusión ahora pasó a centrarse en quién será su vice.
"Si Alckmin como vice me ayuda a gobernar, no veo ningún problema. Las divergencias serán puestas de lado porque el desafío más que ganar es reparar al Brasil", afirmo Lula, quien en cada intervención pública repite que la prioridad hoy día es evitar la reelección del mandatario Jair Bolsonaro y poner fin a una gestión que acumula muy malos resultados: la segunda mayor cifra de muertos por la pandemia en el mundo, crisis económica, decenas de denuncia de corrupción y una montaña de pedidos de juicio político en el Congreso.
Por eso, el expresidente dijo que si bien falta que él mismo se defina como candidato presidencial, Alckmin, exgobernador paulista a quien enfrentó en las presidenciales de 2006 y que abandonó en diciembre el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), tiene las puertas abiertas para ser su compañero de fórmula.
Eso sí, Alckmin, un político conservador que facilitó desde la gobernación de San Pablo las manifestaciones a favor de la destitución de Rousseff, aún debe afiliarse a un partido para poder sellar la alianza con Lula y compartir fórmula.
Actualmente, Lula se encuentra negociando con el Partido Socialista Brasileño (PSB) y el Partido Social Demócrata (PSD) una federación partidaria por cuatro años para dar sustento a su eventual gobierno y permita "reparar lo que fue destruido tras el golpe" que destituyó a Rousseff y abrió la puerta a las políticas de apertura económica y reformas económicas de la era de Michel Temer y Bolsonaro.
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Entre las prioridades dijo que está la recuperación del atraso educativo y social de los niños más pobres debido a la pandemia y a las políticas del gobierno de Bolsonaro: "Vamos a tener un trabajo inmenso para recuperar el atraso de los niños más pobres, que no tuvieron los medios de seguir las clases en forma remota, vamos a tener que ocuparnos de la salud porque tenemos un presidente irresponsable que hace de la mentira cotidiana, a toda hora, su razón de ser."
Con información de Télam