En Brasil el 2 de octubre se avizora como la fecha clave. A ella se refirieron los dos principales candidatos que se disputan el mando del Ejecutivo por los próximos cuatro años. Por un lado, en el marco de los festejos por el Bicentenario, el presidente y candidato, Jair Bolsonaro, acusó al Supremo Tribunal Federal (Corte Suprema) de actuar fuera de la Constitución al investigarlo a él y a sus aliados por actos antidemocráticos. Por su parte, el candidato por el Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inacio Lula da Silva, lamentó en redes sociales que los 200 años del país no sean un día de “amor y unión”.
En un tono de alto voltaje electoral, Bolsonaro dio el discurso luego de haber encabezado el desfile oficial cívico militar por los 200 años de la independencia brasileña en la capital. El candidato por el Partido Liberal, levantó la apuesta y prometió que pondrá en su lugar a quien juegue fuera de la Constitución: "Pueden tener la seguridad de que es obligación de todos los poderes jugar dentro de las reglas de juego de la Constitución. Con una reelección, haremos respetar las reglas de juego de la Constitución a todos aquellos que se atrevan a estar fuera de ella".
A su lado lo acompañaban la primera dama Michelle Bolsonaro; el vicepresidente Hamilton Mourao, el magnate Luciano Hang y el pastor evangélico de la ultraderecha Silas Malafaia, en un acto que estuvo financiado por empresarios del agronegocio de los estados sojeros del centro del país, que llevaron a miles de militantes hacia la Explanada de los Ministerios, según la información publicada por Télam.
Su discurso no estuvo exento del condimento misógino. Esta vez, dirigido a la esposa de su rival electoral, la socióloga Janja Silva, a quien comparó con su esposa Michelle: "A mi lado hay una mujer de Dios y activa en mi vida, a mi lado no, delante de mí. Les digo a los solteros que busquen a una mujer, a una princesa, cásense y sean felices", dijo Bolsonaro, que aseguró que es "imbrochavel" (palabra en portugués que significa que siempre su miembro está erecto para el acto sexual).
El público se animó y le gritó lo mismo, tras lo cual besó a su esposa ante el público, en un supuesto gesto en busca del voto femenino, que es clave para su recuperación en las encuestas, ya que según todos los estudios de opinión pública este segmento está decidido a apoyar a Lula. El año pasado, para el Día de la Independencia, Bolsonaro había anunciado que no cumpliría los fallos del juez de la Corte Alexandre de Moraes, que lo investiga a él y a sus seguidores por divulgar "fake news", utilizar las redes para discursos de odio y alentar el quiebre constitucional. Hoy, antes del desfile, Bolsonaro afirmó que "la historia puede repetirse" en 2022, al citar momentos de tensión o de ruptura democrática, como el golpe militar de 1964 o la destitución de Dilma Rousseff en 2016, durante el desayuno de honor a sus ministros por los festejos del Bicentenario en el Palacio de la Alvorada, el palacio presidencial.
De cara a su reelección el 2 de octubre, Bolsonaro dijo que "el pueblo cree en Dios" y también alentó el fantasma de un posible "régimen comunista" en caso de perder los comicios. Más tarde, a la estatal TV Brasil, Bolsonaro dijo que su objetivo es "defender la libertad de Brasil a la luz de lo que vemos en América del Sur" en una supuesta crítica los gobiernos que no comparten su ideología. Además, pidió a la multitud desconfiar de las encuestas del instituto Datafolha, que lo ubica en segundo lugar detrás de Lula.
El mandatario viaja esta tarde a Río de Janeiro para participar de un acto militar en Copacabana, donde están reunidos miles de manifestantes, ante quienes ofrecerá un discurso.
Lula prometió recuperar la soberanía de Brasil
Lula, por su parte, afirmó que Brasil "brevemente recuperará su soberanía" al conmemorar los 200 años de la independencia del país, que se celebra este 7 de septiembre: "200 años de independencia hoy; el 7 de septiembre debería ser un día de amor y unión por Brasil, pero desgraciadamente no es lo que ocurre actualmente. Estoy seguro de que Brasil reconquistará su bandera, la soberanía y la democracia", afirmó Lula en sus redes sociales.
El expresidente acusó al actual mandatario y candidato a la reelección Jair Bolsonaro de haber "capturado" las celebraciones por el bicentenario y por ello decidió pasar el feriado en su casa, mientras seguidores bolsonaristas fueron convocados por el jefe del Estado para salir a las calles, sobre todo en Brasilia y Río de Janeiro. Dijo, además, que "el gobierno ha abandonado al pueblo" y que Bolsonaro "defiende el odio y la venta de armas".
La propaganda electoral del Partido de los Trabajadores (PT) dice que el verde y amarillo pertenece a "todos los brasileños" y que la bandera no es de quien "promueve el odio y el armamento ni de racistas prejuiciosos". Movimientos sociales vinculados al PT como los Sin Tierra encabezaron en la principal plaza del centro de San Pablo, la Plaza da Sé, la organización de un comedor para las familias en situación de calle en el marco del tradicional acto del 7 de setiembre llamado "El Grito de los Excluidos".
Con información de Télam.