El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, determinó la elevación del mínimo no imponible del pago de impuesto a las ganancias, una decisión que beneficia a 15,8 millones de trabajadores y trabajadoras que ganan hasta dos salarios mínimos. Esta es la segunda vez que la gestión petista toma esta medida, la primera vez fue en mayo del año pasado, cuando el impuesto estaba congelado desde 2015.
Con esta decisión, Lula cumple una de sus promesas de campaña, así como la de su ministro de Hacienda, Fernando Haddad. Lula, por su parte, se comprometió y sostuvo que su objetivo es terminar el mandato en 2026 con el mínimo no imponible en 5.000 reales, aproximadamente 1.000 dólares.
Ahora, tras la publicación en la edición extra del Diario Oficial de la Unión (el Boletín Oficial), se verán favorecidas quienes ganan hasta 2.824 reales, unos 570 dólares, equivalente a dos salarios mínimos. Para esto, Lula emitió una medida provisoria, un decreto que necesita aprobación parlamentaria en un plazo de seis meses, luego que el Gobierno aumentara por primera vez en seis años el salario mínimo más allá de la inflación, tras los congelamientos registrados en los gobiernos de Michel Temer (2016-2018) y de Jair Bolsonaro (2019-2022).
Por su parte, el Ministerio de Hacienda publicó un comunicado en el que confirmó que de esta manera se llegará a 15,7 millones de trabajadores y trabajadoras que dejarán de tener descuentos mensuales de 564,80 reales, unos 115 dólares.
La tabla del impuesto a las ganancias de los trabajadores en Brasil indica que quien gana más de 950 dólares paga impuestos a la renta por el 27,5 por ciento. "La falta de actualización de la tabla, a lo largo de los años, hizo que los brasileños pagaran cada vez más impuesto a las ganancias, quitando dinero a las familias", dijo también el Ministerio en su comunicado.
La modificación del impuesto a las ganancias es una más de las últimas políticas tomadas en Brasil, el gigante sudamericano que se avizora como potencia mundial al posicionarse en el noveno lugar en el ranking de economías del Fondo Monetario Internacional (FMI) a fines del año pasado. El mandatario, además, apostó a seguir creciendo. En este último año, el país tuvo un crecimiento del 3% del PBI, más que el triple que lo previsto por la responsable del organismo internacional, Kristalina Georgieva. Ahora, de acuerdo a lo estimado por Lula, Brasil continuará ese camino.
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