El bolsonarismo salió a responder el llamado de su líder, el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro. Este domingo miles de sus simpatizantes se manifestaron en el centro de San Pablo para rechazar la investigación de la corte suprema por presunto intento de golpe de Estado para evitar la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva. El ultraderechista, que encabezó la marcha y se emocionó hasta las lágrimas con una bandera de Israel en la mano, había convocado a sus seguidores a la emblemática Avenida Paulista porque considera que una orden de detención contra su persona podría ser inminente.
Según Bolsonaro y pese a las denuncias judiciales que pesan sobre él, se trata de "una manifestación pacífica en defensa del Estado de derecho democrático". El ex mandatario dijo que pretende defenderse de "todas las acusaciones" en su contra.
La policía lanzó el 8 de febrero la operación Tempus Veritatis (la hora de la verdad, en latín), contra Bolsonaro y varios de sus estrechos aliados, incluidos algunos de sus ex ministros. Hubo allanamientos, detenciones y al exmandatario se le prohibió salir de Brasil. Según la investigación, los sospechosos planearon desacreditar el sistema de votación electrónica antes de las elecciones, y después prepararon un golpe de Estado -que no se llevó a cabo- contra el nuevo gobierno de Lula. Bolsonaro se dice víctima de una "persecución" y el jueves guardó silencio al ser interrogado por la policía.
En las encuestas, Bolsonaro se mantiene como líder de la oposición, aunque no puede presentarse a ninguna elección, al haber sido inhabilitado hasta 2030 precisamente por criticar sin pruebas las urnas electrónicas. Por temor a un nuevo fallo en su contra, el ex presidente decidió contraatacar en las calles.
Le pidió a sus seguidores que marchen este domingo con el verde y amarillo -los colores de la bandera de Brasil que buscó apropiarse durante su mandato-, pero que no lleven pancartas ni banderas con inscripciones. También solicitó que no haya manifestaciones en otras ciudades del país.
Durante su mandato, los actos bolsonaristas estuvieron plagados de lemas contra las instituciones brasileñas, especialmente el Supremo Tribunal Federal y su juez Alexandre de Moraes. Además de estar al frente de varias investigaciones contra Bolsonaro y su entorno, este magistrado autorizó la operación policial "Tempus Veritatis".
Desde que dejó el poder, refugiándose por varios meses en Estados Unidos, al ultraderechista le llueven las investigaciones. El año pasado, compareció ante los investigadores por sospechas de haber instigado la asonada en Brasilia por parte de seguidores suyos, días después de la toma de poder de Lula.
También fue convocado por la policía por el presunto ingreso irregular a Brasil de joyas que le fueron obsequiadas por Arabia Saudita y por la falsificación de certificados de vacunación antiCovid.