Brasil registró en 2022 el mayor número de denuncias por violencia sexual de su historia, con 74.930 víctimas, lo que significa un aumento del 8,2% frente a 2021. Más de la mitad de las denuncias son contra integrantes del círculo intrafamiliar. Los números se dieron a conocer tras la divulgación del Anuario Brasileño de Seguridad Pública, que releva desde la compra de armas por Estado, las ciudades más violentas o en qué estado fueron registrados más ataques contra la población LGBTI+. En ese contexto, un dato clave divulgado por el Foro de Seguridad Pública es que tres de cada cuatro víctimas son niñas y niños menores de cuatro años, abusados sexualmente en contextos intrafamiliares o dentro de su círculo de vecinos.
Los casos pueden estar subnotificados debido a que la estadística capta los casos de violencia sexual denunciados ante la policía y el sistema judicial. De acuerdo con el Anuario de Seguridad Pública 2022 del que participan diversas entidades públicas y privadas, Brasil tiene aproximadamente 36,9 casos de violación por cada 100.000 habitantes. De las víctimas registradas en el informe oficial, el 61,4% tenía 13 años o menos.
Según los datos, el mayor incremento se produjo en las "violaciones vulnerables", denominación legal de Brasil que incluye "cualquier acto libidinoso" contra una víctima menor de 14 años. Este tipo de violencia sexual registró un aumento del 8,6%, ya que en 2021 fueron 52.057 casos y en 2022 aumentó a 56.829. Un estudio del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (IPEA) publicado en marzo último señaló que solo el 8,5% de los delitos de violencia sexual son denunciados a la policía y el 4,2% al sistema de salud. Es decir, la cantidad de delitos de este tipo debe ser aún mayor de lo que señala el informe difundido.
El Estado con mayor tasa de aumento de denuncias de violaciones fue Amazonas, con 50,8%. En números absolutos, saltó de 388 a 591 casos. La explicación sobre el incremento de registros de violaciones vulnerables tiene que ver también con el regreso de niñas y niños a las escuelas después de la pandemia. Samira Bueno, directora del Foro Brasileño de Seguridad Pública, explicó que hubo una "explosión de casos" que se fueron conociendo cuando se reabrieron completamente las escuelas tras la pandemia.
"Todos los indicadores de violencia contra la niñez crecen. En 2020 y 2021 hubo muchas interrupciones de la jornada escolar por las medidas de aislamiento social y 2022 fue el momento de retomar la escuela, que es el ambiente que identifica que el niño está siendo maltratado", añadió.
En el grupo de edad que va de los 14 a los 17 años, la mayoría de las violaciones siguen siendo vulnerables, en situaciones en las que la víctima, por el motivo que sea, no puede ofrecer resistencia. En 2022, el 88,7 % de las víctimas se identificaron como mujeres y el 11,3 % como hombres. También la cuestión de la raza ha sido crucial en la violencia sexual denunciada: en 2021, el 52,2% de las víctimas eran afrodescendientes, mientras que en 2022 ese número subió al 56,8 %.
El 64% de los acusados de violar a niñas y niños forma parte del círculo familiar de las víctimas. Al perfilar al agresor se identificó que, en el 64,4% de los casos en que la víctima tiene hasta 13 años, el abusador es un familiar. Cuando la víctima tiene más de 14 años, en el 37,9% se da la misma situación. Según Bueno, en forma general "los niños están sufriendo violencia sexual en casa, por algún conocido, en horario laboral, de lunes a viernes. Ese es el perfil cuando analizamos los datos de los informes policiales".
Con información de Télam