La Policía Federal de Brasil detuvo en las últimas horas a quien considera los autores intelectuales del asesinato en 2018 de la concejala de izquierda, militante de derechos humanos y dirigente de la favela, Marielle Franco. Se trata del diputado federal José "Chiquinho" Brazão, su hermano Domingos Brazão -ex funcionario de Río de Janeiro- y un ex miembro de la Policía Civil de esa misma ciudad, Rivaldo Barbosa.
Franco era reconocida por sus denuncias en contra de las intervenciones policiales y militares en los barrios más pobres de Río de Janeiro, por afiliación al Partido Socialismo y Libertad (Psol) y su asesinato llegó en un escenario de creciente violencia política en un Brasil en el que el ex presidente Jair Bolsonaro se erigía como representante de aquellas voces. Por eso, la investigación siempre fue una causa apoyada por el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva. Estas últimas detenciones confirman que su muerte tuvo un móvil político.
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Hace solo cinco días, el Gobierno de Lula había informado que la "colaboración premiada" -como se conoce a las confesiones de los arrepentidos en Brasil- del ex-policía militar Ronnie Lessa, sospechoso de ser el autor material del hecho y jefe de la milicia que actuó para concretar el asalto, había sido finalmente homologada y aceptada. Por lo tanto, advirtieron, pronto se conocerían los responsables intelectuales.
Este domingo a la mañana, la Policía Federal brasileña anunció las "tres órdenes de prisión preventiva" contra los presuntos sospechosos y otras doce "órdenes de búsqueda y aprehensión" contra los "autores intelectuales" del crimen. Solo dio los nombres de los tres ya arrestados.
La detenciones fueron ordenadas por la Corte Suprema, el tribunal que supervisa la investigación desde hace poco más de un año, cuando fue pasada al ámbito federal, después de unos cinco años prácticamente paralizada en Río de Janeiro, justamente durante el final de la gestión de Michel Temer y, luego, durante toda la era Bolsonaro.
Un caso emblema del aumento de la violencia política
Aunque el supuesto autor material del asesinato murió acribillado por la policía en 2020, la pregunta de quién la mandó a matar a ella y a su chofer, Anderson Gomes, llevaba años sin respuesta y se había convertido en una causa de la izquierda y el progresismo brasileños, que vienen denunciando hace años el aumento de la violencia política en el país.
Afrodescendiente, bisexual y activista destacada por la defensa de los derechos de las minorías, Franco y Gomes fueron acribillados a tiros cuando circulaban en coche por el centro de Río de Janeiro tras participar en un acto con mujeres. Fue durante el último año del Gobierno de Michel Temer, el vice de Dilma Rousseff -delfín y sucesora de Lula- que se alió con quienes la destituyeron en un golpe blando disfrazado de juicio político exprés por un delito inexistente y que luego nunca llevaron a la Justicia.
Una de las primeras voces políticas en reaccionar a la detención de los presuntos autores intelectuales fue la hermana de Marielle y actual ministra de Igualdad Racial del Gobierno de Lula, Anielle Franco. "¡Sólo Dios sabe cuánto hemos soñado con este día! Hoy es otro gran paso para obtener las respuestas que tanto nos hemos estado preguntando en los últimos años: quién ordenó matar a Mari y por qué", escribió en sus redes sociales.