Tras el visto bueno en Diputados, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, celebró la aprobación de la primera reforma tributaria que se lleva a cabo en el país vecino en 30 años. Con las modificaciones dispuestas por el Congreso se simplifica el cobro de impuestos a empresas y consumidores. Ahora resta la reglamentación, que deberá dictarse dentro de los 180 días siguientes a la promulgación del texto, y que el Gobierno envíe los proyectos de ley complementarios.
"Ayer conseguimos aprobar, por primera vez en la historia de la república brasileña, una política de reforma tributaria en una votación democrática, en un Congreso en que tenemos minoría", dijo el presidente desde San Pablo, en un acto de entrega de casas populares, según citó el portal Carta Capital. La Cámara de Diputados aprobó la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) en dos votaciones separadas, con 365 votos favorables -eran necesarios 308- en la ronda definitiva, en su segundo análisis del texto, luego de las modificaciones hechas por el Senado en noviembre.
"Brasil maduró. Necesitaba enfrentar esa agenda, que es la más importante de las reformas porque organiza todo el sistema productivo", celebró a su turno, el ministro de Economía, Fernando Haddad, que fue uno de los alfiles de la negociación y agregó que la reforma "pone a Brasil alineado con lo más moderno del mundo", agregó.
Por su parte, el presidente de la Cámara baja, Arthur Lira, calificó la jornada como "un día histórico", al afirmar que la reforma busca "desburocratizar y hacer más transparente el cálculo de los impuestos".
Desde el fin de la última dictadura militar (1964-1985), diferentes gobiernos habían intentado sin éxito avanzar con la reforma, que en esencia promete facilitar un sistema extremadamente complejo, aliviar las cargas en inversiones y exportaciones y reducir la tributación sobre la población más pobre.
Las bases de la reforma
La iniciativa, que contempla una transición hasta 2033, cuando serán instituidos completamente todos los nuevos impuestos, fusiona cinco impuestos sobre el consumo en uno, el Impuesto sobre el valor añadido (IVA), que será desdoblado en un tributo federal y otro estatal.
Además, reduce las alícuotas en sectores como salud, educación y artículos de la canasta básica, y da incentivos a fabricantes de vehículos eléctricos y alimentados con biocombustibles, consignó la agencia de noticias AFP.
El valor del IVA será determinado posteriormente en una ley, aunque se prevé que ronde el 27%, uno de los mayores en el mundo, según las últimas estimaciones del ministerio de Hacienda. El Gobierno alega que esa cifra, con el consiguiente aumento de la carga tributaria sobre el sector de servicios, será aliviada con compensaciones.
Los diputados habían aprobado el proyecto en julio en un primer análisis, pero el Senado hizo cambios, especialmente ampliando el abanico de sectores que se beneficiarán de un régimen preferencial (transporte, combustibles, bancos, loterías y otros), una decisión criticada por el sector industrial.
"Es otro error" que elevará el valor del IVA, dijo Ricardo Alban, presidente de la Confederación Nacional de Industriales, que calcula que la alícuota oscilaría entre un 21% o 22% sin esas excepciones. Sin embargo, afirmó ser optimista de que el texto actual mejorará la productividad del gigante suramericano, que este año debe crecer 3%, según la CNI.
"Encontramos un estado con un profundo desequilibrio fiscal" al llegar al gobierno el 1 de enero pasado, afirmó Lula en febrero, cuando anunció “un nuevo régimen fiscal para Brasil".
Con información de Télam