La noticia sobre la inelegibilidad por los próximos ochos años del ex presidente Jair Bolsonaro se hizo tapa en los principales medios del mundo en el instante. En Brasil, se convirtió en el primer antecedente de este tipo. Las reacciones se hicieron virales en las redes sociales con mensajes que celebraron la decisión que dio a conocer el Tribunal Superior Electoral (TSE), pero también despertó el análisis sobre cómo se reacomodarán las fichas en la derecha brasileña de aquí para adelante. En un primer sondeo, el Monitor de Extrema Derecha (MED), realizado con apoyo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) y del Instituto de Democracia y Democratización de la Comunicación (INCT), dio a conocer que los seguidores más convencidos “ya sabían” y apuntaron que el dictamen “debilita a la derecha”.
Hacía semanas que se esperaba el juicio en el que se acusó a Bolsonaro por “abuso de poder” y difusión de fake news en una reunión a la que convocó a embajadores y líderes extranjeros en julio del año pasado, unos meses antes de las elecciones. Allí, el entonces mandatario puso en duda el sistema electoral y la efectividad de las urnas electrónicas. La decisión llegó a cuenta gotas: desde el martes hasta el viernes, cada unx de lxs jueces dio a conocer su voto y su argumentación. Finalmente, la decisión se tomó por un 5 a 2.
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“Recibí una puñalada en la espalda”
A horas de conocerse el veredicto, Bolsonaro habló ante la prensa: “Creo que fue la primera condena por abuso de poder político. Yo creo que ese fue mi crimen, un crimen sin corrupción. Desde que asumí dijeron que iba a hacer un golpe. ¿Abuso de poder político? ¿Eso es un crimen? Por defender algo que siempre defendí como parlamentario (el voto impreso). Hace poco me intentaron matar en Juiz de Fora, me apuñalaron en el estómago (un hecho que sucedió durante la campaña de 2018). Hoy recibí una puñalada en la espalda con la inelegibilidad”, dijo, desde Minas Gerais.
“No es el fin de la derecha en Brasil. Existía antes de mí, pero no tenía forma. No vamos a desistir”, sostuvo y, a continuación, negó haber tenido alguna participación en el ataque a las sedes de los tres poderes del Estado el 8 de enero pasado, adelantó quién será la oposición en 2026 y afirmó que todavía no tiene nombres para un posible sucesor. Al contrario de lo que pronosticaban desde su entorno, no estaba acompañado por seguidores ni hubo grandes manifestaciones ni movilizaciones en su defensa, hasta el momento.
La reacción de sus seguidores
El MED trabaja con dos grupos focales “de uso continuo” desde las elecciones del año pasado, que dieron como ganador al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, pese a la resistencia del bolsonarismo. Trabajan a través de WhatsApp y para su elaboración se realizó un prefiltro –todas las personas votaron a Bolsonaro- y se colocó una vara específica para poder identificarlos en “convencidos/radicales” y “moderados” con la pregunta si apoya o no los actos del 8 de enero. Cada uno tiene unas 18 personas de distintas edades, géneros y creencia religiosa.
“Los convencidos ya imaginaban que esto iba a suceder, venían viviendo ese luto, ellos creen que Bolsonaro fue perseguido en la elección y que cree que las urnas no son legítimas”, dijo ante El Destape, la analista política y directora general del estudio que realiza el MED, Carolina de Paula, sobre las primeras aproximaciones obtenidas en las encuestas post veredicto del TSE, que estará completo el próximo viernes. Este primer grupo, además, post condena tienen la sensación de que “va a aparecer otra persona” y, entre ellas, anotan a: Michelle Bolsonaro, esposa del ex mandatario; Tarcísio de Freitas (Republicanos), gobernador de San Pablo y ex ministro de Infraestructura en el bolsonarismo; y Nikolas Ferreira, un joven diputado federal por Minas Gerais por el Partido Liberal.
“Algo que identificamos que es curioso y es muy reciente, es que no existe una reacción organizada, de manifestación movimiento o de alguna iniciativa en defensa de Bolsonaro”, precisó la analista.
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Los moderados –que critican algunos aspectos de Bolsonaro- también imaginaban que sucedería algo. Este grupo, en general, comparte la idea de que la Justicia tiene que investigar y llevar a cabo el proceso que sea necesario. Aún así, creen que “existe un complot entre la izquierda, el Partido de los Trabajadores (PT), junto con el Poder Judicial, sobre todo en la figura del Supremo Tribunal Federal (STF), de que querían perjudicar a Bolsonaro”, indicó De Paula y señaló que ahora el sentimiento que predomina es de “tristeza”. “Sienten una especie de desánimo en relación al futuro y, algo que ya se vio en 2018, que es el descreimiento en el sistema político”, apuntó la analista.
En tanto, un seguimiento interno del TSE, que monitorea posibles amenazas a la integridad de los ministros de la Corte, encontró que "la dinámica de los grupos en WhatsApp y Telegram se reveló apática" y se identificó un ambiente de calma en las redes bolsonaristas, publicó el portal O’Globo. Aparte de las publicaciones de rutina que critican y atacan a la Corte, no surgió nada que alarmara hasta el momento.
El escenario para la derecha
Otro de los debates que se despertó, incluso, previo a conocerse la decisión del TSE es las implicancias para la derecha, así como para izquierda. “Desconfíen de quien dice que la derecha se va a fortalecer”, advirtió el especialista en marketing político cofundador de BaseLab, Paulo Loila, en sus redes sociales. “No tienen ninguna base (esa lectura)”, opinó y, aunque consideró que es posible que una “narrativa sea construida” en torno a este hecho, apuntó que “hacer una previsión de aquí a tres años y medio será errada”.
En esa línea, apuntó que hay distintos factores que van a influir en el proceso. En ese sentido, sobre la posibilidad de Bolsonaro apoye a alguno de sus hijos –todos con cargos-, fue contundente: “Quien haya visto –la serie de HBO- Succesion sabe que la tendencia de herederos no es necesariamente la de unirse juntarse e ir en una misma dirección”, indicó.
“El bolsonarismo sigue vivo, fuerte y va seguir interfiriendo en el resultado de las elecciones del país”, analizó en un posteo en sus redes Dani Braga, consultora especializada en estrategias de campaña y precampaña e integrante de la Asociación de Profesionales de Marketing Político. Sin embargo, señaló que la palabra “inelegible” se convirtió en “música para los oídos” de los líderes petistas y, también, para los de centro derecha.
Para ella, la centro derecha también festeja “la avenida abierta a su frente para reorganizarse en el país e ir fuerte de cara a las elecciones de 2026” que se ve “beneficiada”, en un terreno en el que avizoró se moverán Freitas y, también, el gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, para “la rearticulación de este campo” y así lograr lo que el ex mandatario no pudo: “Moderar el tono para dialogar con los electores de centro”, más allá de haber logrado la consolidación de su base.
De Paula, por su parte, consideró que el ex presidente “va a cumplir un rol importante en la elección de un posible sucesor y en la campaña de ese sucesor”, pero -a diferencia de lo que sucedió en otros años- su figura “no tiene la fuerza suficiente como para que se cree algún tipo de movimiento”, por ejemplo, como cuando Lula estuvo detenido injustamente. “Lula tuvo el apoyo del PT y es una figura con fuerza y carisma”, explicó.
Por el contrario, agregó, “Bolsonaro no cuenta con una estructura partidaria”. El líder derechista no supo consolidar un lugar en un instrumento político específico y a lo largo de su carrera transitó por una docena de partidos, incluso, durante su mandato renunció al partido al que pertenecía, creó otro, lo abandonó y, finalmente, se afilió al Partido Liberal por el que compitió en las últimas elecciones.
Para la analista, esto constituye un escenario bien diferente: "Creo que (la decisión del TSE) debilita a la derecha, no que él no vaya a participar del juego, sino que no creo que la figura de Bolsonaro se tome como mártir ni que sea más fuerte de aquí para adelante”.