En medio de una disparada de los precios internacionales del petróleo y gas, el presidente brasileño Jair Bolsonaro aseguró este lunes que su gobierno analiza cambiar la política de precios de Petrobras, la gigantesca empresa estatal petrolera, que actualmente vincula la cifra con la que vende los combustibles dentro del país al dólar. Según el mandatario, este esquema sería responsable del aumento de los precios de los combustibles y de la inflación que vive Brasil y que podría marcar este año electoral.
"Hay una legislación equivocada hecha antes, en que hay paridad con el precio internacional; o sea, lo que se saca de petróleo se tiene en cuenta el precio fuera de Brasil, eso no puede continuar ocurriendo", afirmó Bolsonaro en una entrevista con Radio Folha, del estado de Roraima, en el norte del país. "Leyes hechas equivocadamente en el pasado vincularon el precio del barril producido aquí y el precio de fuera; ese es el gran problema, nosotros buscaremos una solución para eso de forma bastante responsable", agregó, citado por la agencia de noticias Sputnik.
El anuncio de Bolsonaro se enmarca en una campaña electoral a la que el mandatario llega con una imagen muy desgastada y sin pocas chances, según todos los sondeos, de ser reelectos y ganarle al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Uno de sus principales puntos débiles en este momento es la creciente crisis económica y el impacto social que está teniendo sobre los sectores más vulnerables y también las clases medias.
Pero el mandatario no quiere hacer enojar a su parte de su base electoral, es decir, al establishment empresarial y, por eso, aclaró que la revisión de la política de precios de Petrobras se hará "sin ningún sobresalto en el mercado, en referencia a los miedos en el mercado financiero siempre que se habla de intervenir en Petrobras. Sin embargo, poco después, las acciones de la empresa pública cayeron un 5%, según el portal de noticias G1.
El barril de petróleo de tipo Brent, el más común en el mundo, llegó a pagarse a 139 dólares la madrugada de este lunes, un récord desde julio de 2008. Aunque las sanciones impuestas hasta el momento por las potencias occidentales contra Rusia aún no afectaron sus exportaciones de crudo y gas, la especulación alrededor de posibles embargos volvieron a disprar el precio internacional, como ya sucedió con el gas.