Luego de que el expresidente de Bolivia, Evo Morales, denunciara que en un acto el domingo pasado había sido víctima del robo de su celular, este martes amplió la denuncia y contó que en el mismo evento también robaron dos celulares de su asistente de comunicación. "Como dije, es la primera vez que nos pasa esto. Por responsabilidad denunciamos este acto que esperamos no sea premeditado", dijo Evo en Twitter.
En la primera comunicación que hizo Evo el lunes para alertar sobre el robo también advirtió que denunciarán "cualquier intento de usar montajes o tergiversaciones en nuestra contra". "El robo de mi teléfono celular ocurrió en un acto que contaba con la presencia del ministro de Gobierno y su seguridad. Primera vez que nos pasa algo parecido en todos estos años de actividad política. No quisiéramos pensar que es parte de un ataque planificado para perjudicarnos", había dicho Evo enfatizando en que el robo del celular se dio en el marco de un acto que contaba con la presencia del ministro de Gobierno, Carlos Eduardo Del Castillo, y su seguridad.
La noche del domingo, en el cierre de campaña del candidato a alcalde del municipio La Guardia por el MAS, Rufino Correa, el exmandatario denunció el robo de su teléfono celular y de inmediato se conoció de un mega operativo policial para encontrar el dispositivo electrónico.
Tensiones en la gobernabilidad y marchas a favor del Gobierno
Desde hace algunas semanas el gobierno de Luis Arce Catacora se enfrenta a dos tensiones importantes: por un lado, una disputa abierta con el gobernador de Santa Cruz y uno de los mayores promotores del golpe contra Evo, Luis Fernando Camacho, quien se convirtió en portavoz de las voces que denunciaban que el Gobierno esconde motivaciones políticas al postergar el censo que debería hacerse este año y decidieron pasarlo para el 2023. Por el otro, mantiene un conflicto con un sector de los cocaleros que hace años denuncia la presencia de un mercado paralelo, sobre el que, dicen, el Gobierno no interviene.
En ese contexto, el jueves de la semana pasada se llevó a cabo una importante movilización promovida por los sectores oficialistas en Bolivia a favor de la unidad y "en contra de la derecha golpista" como respuesta a los conflictos que atraviesan al gobierno, agitados por la misma oposición. Allí, el presidente boliviano advirtió que sobre su "cadáver" habrá un nuevo golpe de Estado en el territorio mientras que las diferentes organizaciones reiteraron su total respaldo al mandatario.