El ex presidente de Bolivia, Evo Morales, sufrió un duro golpe en las últimas horas luego de que la Cámara de Senadores aprobara un proyecto que elimina la celebración de elecciones primarias por única vez este año, enviado por el oficialismo que encabeza Luis Arce. El sector "evista" venía presionando hace rato para impedir que el texto tuviera luz verde. El proyecto había conseguido media sanción la semana pasada y estaba frenado en la cámara alta cuya presidencia está en manos de Andrónico Rodríguez, que responde a Morales. Pero la alianza circunstancial entre el ala de Arce y la oposición de Luis Fernando Camarcho, gobernador de Santa Cruz, y el expresidente Carlos Mesa logró destrabar el proyecto y aprobarlo en la medianoche del jueves.
En verdad, la cámara alta tiene mayoría del oficialismo pero cuando la alianza entre Morales y Arce se rompió quedó el pleno quedó dividido en en tres tercios donde la oposición de Camacho y Mesa adquirió un poder central. Es la que aporta los votos para que un proyecto salga o quede cajoneado y no siempre votan con el “arcismo”. Hace dos semanas acompañaron al "evismo" para votar por la realización de las elecciones judiciales, dado que los actuales magistrados están con mandato autoprorrogado desde diciembre del año pasado y gran parte responde a la Presidencia. Un escenario que disgusta a Morales y la oposición de derecha.
Morales denunció en X la alianza entre "arcistas, camachistas y mesistas" y sentenció que suspender las elecciones primarias -en la que esperaba enfrentar y ganar a Arce- "debilita la democracia" y responde a un "mandato de Estados Unidos".
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La senadora "evista" Gladys Valentina Alarcón dijo sin eufemisos lo que Morales cree que es el centro de la cuestión: "El temor es que Evo se candidatee porque saben que va a ganar las elecciones". Mientras tanto, el argumento que usó la oposición de Camacho y Mesa fue el que dio el Tribunal Supremo Electoral (TSE) días atrás cuando patrocinió el proyecto.
El máximo órgano electoral había convocado a organizaciones sociales y políticas el mes pasado en el que llegaron a un acuerdo que implicaba suspender las elecciones primarias a cambio de que se celebraran este año las elecciones judiciales, postergadas desde fines de 2023. El TSE argumentó que no era correcto superponer dos procesos electorales y que implicaría una mayor erogación de recursos en un contexto económico crítico. El único que no firmó ese acuerdo que luego fue llevado al Congreso fue Morales.
"La sanción de la normativa permitirá que se priorice las elecciones judiciales", argumentó Henry Montero de Creemos al votar por la suspensión de las primarias. "Lo que se ha quedado es la suspensión de las elecciones primarias, con esto no existe óbice para que se pueda cumplir con el calendario electoral y se lleven a cabo las elecciones judiciales, con el fin de que haya un cambio de los magistrados autoprorrogados”, agregó según replicó el diario Los Tiempos.
Una fuente cercana a Morales dijo en diálogo con El Destape que la concentración ahora está puesta en el normal desarrollo de las elecciones judiciales y eventualmente el año próximo, con la nueva conformación judicial, a insistir con la posibilidad de celebrar las primarias.
Arce también quiere su referéndum
Pero las razones económicas y prolijidad que argumentó el TSE para avanzar en la eliminación de las primarias quedaron rápidamente en cuestión cuando el martes pasado Arce anunció que convocará a un referéndum sobre la posibilidad de reelección y dijo que sería el mismo día de las elecciones judiciales.
"Planteo la convocatoria a referéndum en la fecha de las elecciones judiciales (sobre) la reelección continua o discontinua del presidente y vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia", dijo Arce durante un mensaje a la nación, en la celebración de la fundación del país en 1825.
El Presidente dijo que el referéndum es para que "los actores políticos no vuelvan a afectar la estabilidad y economía de las familias bolivianas", en un claro mensaje a Morales a quien consideran de todas maneras inhabilitado para reelegirse porque la carta magna boliviana señala que el período presidencial es de cinco años, con posibilidad de una reelección de manera continua. Morales, quien también celebró y perdió un referéndum en 2016, gobernó tres mandatos de manera continua del 2006 al 2019 cuando sufrió un golpe de Estado. Pero como la redacción de la carta magna es ambigua dado que no refiere a relecciones que no sean contínuas la situación de Morales entra en un gris y hay bilbiotecas judiciales para ambos lados.
"Como la inhabilitación de Evo es un argumento muy débil, porque está sostenida en un párrafo de un fallo jucial cuyo tema central no era la releección, el Gobierno busca sumar presión", analizó en diálogo con El Destape una fuente cercana a Morales. La lectura que hace es que Arce busca "tapar" la difícil situación económica (falta de dólares en el mercado, crisis de reservas internacionales, inflación y falta de combustibles) con una discusión política y un referéndum armado a medida de Morales.
Pero la situación económica, de igual manera, es difícil de tapar. A tal punto que el referéndum incluirá una pregunta sobre eliminar o no la subvención al diésel, considerado como una de las causas de la falta de divisas. Por ley, el Estado financia gran parte de ese consumo y si quita los subsidios los precios se disparán y repercutirán en toda la cadena de mercado interno. Dado que el diésel se usa tanto para transporte de personas, mercaderías internas y externas y maquinarias para la producción del agro.